El nuevo Senado estadounidense liderado por los demócratas incluyó una reforma “integral” para los inmigrantes en su lista de 10 prioridades para la nueva legislatura.

“El año pasado, nosotros aprobamos un proyecto de ley de inmigración sólido en el Senado. Desgraciadamente fue víctima de la política en la Cámara de Representantes”, dijo el líder de la mayoría demócrata, Harry Reid, en un comunicado.

“(La ley tendrá) reformas fuertes e inteligentes para asegurar nuestras fronteras, ser duros en cuanto a la aplicación de las leyes y plasmar un camino hacia la legalización ganada para los inmigrantes indocumentados que ya están viviendo aquí”, agregó.

El proyecto demócrata de inmigración propone implementar acciones que encaren el problema de la inmigración indocumentada de forma amplia y enmienden la ley de inmigración y nacionalidad para mejorar la seguridad en la frontera, evitar el cruce de indocumentados y reformar y racionalizar la llegada de inmigrantes legales.

Los demócratas adelantaron que su proyecto contempla la posibilidad de dar permisos de trabajo a los inmigrantes que tengan los méritos para ello, un beneficio que también alcanzará a sus familias. Agregaron que para obtener el permiso de residencia los inmigrantes deben trabajar por varios años, someterse a revisión de sus antecedentes policiales y criminales, estudiar inglés y educación cívica, satisfacer sus obligaciones tributarias y pagar multas por su permanencia ilegal.

Por su parte, la presidenta de la Cámara de Representantes de EUA, Nancy Pelosi, y el secretario de Comercio de ese país, Carlos Gutiérrez, expresaron su apoyo a la legalización de los inmigrantes y abogaron por el respeto al rol jugado por estos en su país.
Hispanos exigen reforma

Previo al anuncio de los demócratas, las organizaciones hispanas se habían pronunciado para exigir una reforma migratoria que abra las puertas a la legalización definitiva de los inmigrantes indocumentados y permita la reunificación de familias separadas por el marco legal vigente.

“Queremos y esperamos que el nuevo Congreso tome otra vez el debate de inmigración”, dijo la activista Cristina López.

Por su parte, Rosa Rosales, presidenta de la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (LULAC) pidió que el Congreso busque una “manera de que se legalicen los inmigrantes sin papeles” y abra la puerta a “que se hagan ciudadanos, que tomen en cuenta sus derechos civiles, sus derechos de trabajo”.

Las propuestas de reforma manejadas el año pasado en el Congreso abrían la puerta a permisos de trabajo temporales, pero no a una legalización permanente de los 12 millones de indocumentados que viven en el país.