Rescatan tras más de 36 horas de trabajo el cadáver de Estacio, que murió asfixiado

Los restos del ecuatoriano fueron repatriados ayer a Ecuador después de una despedida multitudinaria Se desconoce si el joven falleció por inhalación de gases o aplastamiento

Diario Sur, 07-01-2007

A las 9.35 horas de ayer, justo una semana después de que ETA volase el aparcamiento de la Terminal 4 de Barajas, los bomberos recuperaron el cadáver de Diego Armando Estacio, la segunda víctima mortal del atentado terrorista. El cuerpo del joven inmigrante ecuatoriano, que murió por asfixia, fue rescatado después de que más de un centenar de bomberos, policías y funcionarios trabajaran a destajo durante 36 horas y media.

El Renault Clio en el que Estacio dormía cuando le sorprendió la explosión el 30 de diciembre fue liberado de entre los escombros con las primera luces del día. Dos ‘bulldozer’, dos excavadoras y una unidad de bomberos cavaron sin descanso durante 30 horas una suerte de canal para llegar al vehículo, estacionado un nivel por debajo de donde estaba la furgoneta bomba. Los operarios tuvieron que retirar toneladas de escombros, al tiempo que aseguraban con puntales las paredes de la galería de doce metros de longitud para evitar desprendimientos.

Las últimas horas de trabajo antes de acceder al coche fueron las más peligrosas. Conforme el canal se hacía más profundo penetraba en las zonas más inestables, con el consiguiente riesgo de que colapsara y cayeran sobre los operarios los tres forjados de hormigón que sepultaban la zona.

Las labores para extraer el cuerpo de Estacio de su vehículo se extendieron durante más de una hora porque el coche estaba casi partido por la mitad y totalmente aplastado, hasta el punto de que el habitáculo estaba a un nivel inferior que el parachoques trasero.

Aún así, el cadáver se encontraba en «relativo buen estado», según el director de la Policía y la Guardia Civil, Joan Mesquida, que explicó que los restos no se hallaban calcinados porque el Clio «no estaba cerca del foco de la deflagración». Además de Mesquida, siguieron en el lugar de los hechos los últimos momentos del rescate el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz – Gallardón; el vicealcalde de la ciudad, Manuel Cobo; el comisario jefe del aeropuerto, Carlos Villanueva, y el director de Emergencias, Alfonso del Amo.

Confirmación

Después de que el juez de guardia de la Audiencia Nacional, Ismael Moreno, ordenara el levantamiento del cadáver, la policía científica y los forenses apenas tardaron unos minutos en confirmar la identidad de la víctima, una operación que se realizó en una gran tienda de campaña de Protección Civil instalada en la misma ‘zona cero’.

Acto seguido, el cuerpo fue trasladado al Instituto Anatómico Forense. La autopsia duró cerca de una hora. Los médicos de la Comunidad de Madrid y de la Audiencia Nacional determinaron que la causa «provisional» de la muerte fue asfixia: una insuficiencia respiratoria con parada cardiorrespiratoria provocada por aplastamiento o inhalación de gases, explicó Alfredo Prada, vicepresidente de la Comunidad.

A las 11.30 horas, los padres de la víctima, Winston Estacio y Jacqueline Margarita Sivisipa, su hermana Carmen, y Verónica Arequipa, su novia, llegaron al Instituto Anatómico Forense para velar sus restos. Dos autobuses con una treintena de familiares y amigos del joven fallecido se personaron las 13.00 horas en las instalaciones para dar su último adiós a ‘Bomber’, como le conocían sus allegados. Antes de que el cuerpo fuera llevado a la base aérea de Torrejón de Ardoz, tuvo lugar un breve oficio religioso, al que sólo asistió la familia más próxima.

La comitiva fúnebre partió pasadas las 16.15 horas hacia el aeropuerto militar. Allí, además de un centenar de familiares y amigos, aguardaban la llegada de los restos mortales los ministros de Interior y Defensa, Alfredo Pérez Rubalcaba y José Antonio Alonso; la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre; el secretario de Comunicación del PP, Gabriel Elorriaga y la secretaria de Estado para la Inmigración, Consuelo Rumí, que acompañó a los familiares hasta Ecuador.

El capellán de la base de Torrejón, Javier de la Vega, ofició un segundo responso a pie de escalerilla antes de que el Boeing 707 del Ejército del Aire despegara en torno a las 17.15 horas con destino al Aeropuerto Internacional José Joaquín de Olmedo de Guayaquil. En el aparato, además del féretro, viajaron hasta Ecuador 29 familiares, entre ellos los padres, la hermana y la novia del fallecido y tres psicólogos del Samur.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)