20 camas vacías y más de 100 personas bajo un puente
Las Provincias, 07-01-2007La lejanía del local habilitado hasta marzo y una estancia máxima de 15 días, obstáculos para que los subsaharianos dejen el viejo cauce La mitad de las camas se quedan vacías en el centro de acogida habilitado en la calle Crevillente para alojar durante las noches de invierno a personas sin hogar que duermen por las calles de Valencia.
El albergue, bautizado como Casa Belén 2, fue abierto por una entidad religiosa con el apoyo del Ayuntamiento para reducir el número de inmigrantes que malviven bajo el puente de Ademuz.
Sin embargo, fuentes de las distintas ONG que atienden, durante todo el año, a los extranjeros del antiguo cauce del río Turia lamentan que habitualmente apenas son ocupadas 20 de las 40 plazas del centro.
La principal razón, subrayan desde las entidades solidarias, es que el centro se encuentra en la parte final de la avenida Blasco Ibáñez, ya cerca del Cabañal y muy lejos de los lugares a los que se desplazan los inmigrantes, con
papeles
o sin ellos, para conseguir trabajo en tareas agrícolas.
Otro factor no menos importante, según inciden desde las organizaciones de la Red de Acogida a la Inmigración, es que sólo se da alojamiento por un plazo máximo de 15 días. Es decir, después, las personas vuelven a quedarse en la calle.
Solución definitiva
Las ONG que ayudan a los inmigrantes del puente de Ademuz destacan que el albergue de acogida tiene un lado positivo: Al menos puede dar cobijo a una pequeña parte de las personas que están abajo, en el río.
Lamentan, no obstante, que se trate de un parche que no da una solución definitiva a la vergüenza que supone, para toda la sociedad, que haya personas durmiendo debajo de un puente.
Tanto las ONG de la Red de Acogida, como las de la Mesa de Entidades, el Foro Alternativo de la Inmigración y la Asamblea de Amigos de Baobab, proponen la creación de unas instalaciones que den cobijo a los subsaharianos durante al menos seis meses para que puedan consolidarse, aprender castellano y a relacionarse cn la Administración.
El siguiente paso hacia la integración de estos inmigrantes sería que obtuvieran
papeles
, algo mucho más complicado según la legislación vigente, que no concede ninguna posibilidad a los irregulares hasta pasados dos años, como mínimo.
A partir de ese momento, podrían optar a un empleo legal.
Ayer no fue posible que fuentes oficiales de la entidad religiosa que gestiona Casa Belén 2 confirmaran o desmintieran la escasa ocupación de las camas tras el éxito que tuvo este centro el año pasado, cuando estaba ubicado más cerca del puente de Ademuz, aunque no funcionaba como albergue.
Las entidades que ayudan a los inmigrantes del viejo cauce agradecen su gran labor a los responsables de Casa Belén 2, pero reprochan al Ayuntamiento que utilice este centro para mentir y decir que ya está todo solucionado y que no hay ninguna carencia asistencial.
phuguet@lasprovincias.es
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