Las últimas semanas han sido críticas para 75 colombianos residentes en la frontera con Ecuador. Fuertes combates entre el Ejército y la guerrilla de las Farc los obligaron a desplazarse con todos sus enseres, cruzar la frontera y convertirse en refugiados en el vecino país.

Según información divulgada por medios de comunicación ecuatorianos, fueron 27 familias, con 32 menores de 12 años y 38 mujeres, quienes llegaron a la comunidad indígena Yanamarum, en la provincia de Sucumbíos.

“Acnur y la Cruz Roja entregaron 20 raciones alimenticias, 10 colchones, 12 cobijas y 80 metros de plástico, para minimizar las necesidades básicas de los colombianos que cruzaron la frontera. Una misión de verificación de las afectaciones ocasionadas por las fumigaciones a los cultivos de coca, que este miércoles recorrió la zona, también constató la presencia de los colombianos”, dice la información.

Estos colombianos no son un caso aislado sino el reflejo de un problema creciente denunciado en su último informe de 2006 por la Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento (Codhes). El documento evalúa el período comprendido entre enero y septiembre del año pasado y asegura que en Ecuador la situación es crítica.

Según Codhes, en los primeros nueve meses del año pasado un total de 7 mil 372 personas pidieron refugio en los países vecinos. De ellos, 5 mil 073 lo hicieron en Ecuador; 2 mil 063 en Venezuela y 263 en Panamá.

“La situación es crítica por las acciones de la guerrilla de las Farc, la presencia paramilitar, las fumigaciones de cultivos de uso ilícito”, señala el documento.

Enfatiza que la política de fumigación “provoca la salida forzada de campesinos afectados por los operativos militares que siguen a la aspersión aérea. Estos desplazamientos afectan a los cultivadores de coca y también de cultivos lícitos, lo que crea situaciones críticas para la seguridad alimentaria”.

La cifra, aunque menor que en 2005, muestra que el problema es sostenido. El año antepasado hubo 7 mil 091 solicitudes de asilo, de las cuales 2 mil 486 fueron aceptadas y 2 mil 669 rechazadas. Y entre enero y septiembre de 2006, de los 5 mil 073, un total de 2 mil 020 fueron rechazadas y mil 358, aceptadas.

¿Qué dice CODHES?

Jorge Rojas, director de la organización social, aseguró que este año se hará un viaje a Washington, donde se le explicará a funcionarios y congresistas estas cifras. “Es que el problema de la fumigación no es sólo ambiental, sino social. El desplazamiento transfronterizo comenzó hace 6 años, pero sólo hasta ahora comienza a tener rostro”, dijo.

El informe agrega que el número de desplazados puede ser mucho más alto porque no existen sistemas de información, las personas cruzan la frontera durante los combates y luego regresan sin haber registrado el desplazamiento o simplemente permanecen en el país vecino en situación de migración irregular, sin conocer los procedimientos para solicitar el refugio.

“De acuerdo a declaraciones de funcionarios del ACNUR en Ecuador en el año 2006 (…) esta oficina ha incrementado su presencia en la franja fronteriza, donde 85 nuevos casos fueron registrados durante octubre y 15 en las primeras semanas de noviembre, solamente en un pueblo llamado Lita, al norte de Ecuador. Es este país el número de solicitantes de asilo registrados podría ser tan solo la puntal del iceberg”, asegura el documento de Codhes.

Reciclaje paramilitar: otro problema

Además del desplazamiento transfronterizo, el informe de Codhes asegura que los desplazados ahora deben enfrentarse al surgimiento de nuevos grupos de autodefensa en donde operan algunos desmovilizados de las anteriores Auc.

“Las víctimas de desplazamiento forzado dan testimonio de por lo menos 36 nuevos grupos armados en 22 departamentos del país que, con excepción de las masacres, siguen el modo de operación tradicional de los paramilitares, es decir, asesinatos selectivos, amenazas contra la población civil, tráfico de drogas, relaciones con sectores políticos y permisividad y complicidad de la fuerza pública”, señala Codhes.

La zona más crítica, asegura la organización, es el llamado Cordón Pacífico, que va desde el departamento del Chocó hasta la zona costera de Nariño, donde “impera una lógica de economía política de la guerra”, donde el tráfico de drogas y el contrabando de insumos y armas son la constante.

172 mil 216 personas debieron abandonar su territorio, víctimas del desplazamiento forzado en los primeros nueve meses del año 2006.

12 mil 701 personas huyeron de manera colectiva.

637 fueron desplazadas en promedio cada día de las diferentes zonas del país.