Inmigración

Cientos de rumanos hacen noche para poder regularizarse

El Mundo, 06-01-2007

La oficina de General Pardiñas está colapsada desde el 2 de enero por las colas Resulta imposible no darse cuenta de la cola que rodea la oficina situada en la calle de General Pardiñas todos los días desde el pasado 2 de enero. Cientos de rumanos duermen en la calle y esperan su turno para que sea atendida la solicitud de regularización de su situación en España después de la entrada, a medias, de Rumanía en la Unión Europea.


La tarjeta que buscan no les permite trabajar con todos los derechos como ciudadanos comunitarios pero legaliza su estancia en nuestro país y les permite conseguir algún tipo de contrato temporal. La panacea para los miles de rumanos que viven en Madrid en situación irregular. Aunque en realidad, nadie sabe muy bien cuántos oriundos de este país del Este tienen fijada su residencia, aunque sea de forma irregular, en la región. Quizá, esto sea en parte culpable de la falta de previsión que se sufre por parte de los trabajadores de las oficinas de Documentación y Extranjería. Desbordados y atendiendo a los inmigrantes en una situación deplorable, sin control y con riesgo.


Ayer, por ejemplo, en la oficina situada en General Pardiñas, incluso tuvo que intervenir la Policía Nacional para controlar la situación, puesto que al abrir la ventanilla se contaban más de 400 rumanos esperando, que habían pasado la noche en la calle. «Era como un campamento, lleno de cartones y de enseres», explicaba una vecina.


Además, los habitantes del barrio solicitaron la actuación de varios camiones de limpieza municipal para recuperar el paso por la calle.


«Todo esto es por la falta de previsión del Ministerio. Es increíble que no haya nadie que haya pensado que esto iba a ocurrir», insisten algunos afectados.


Ayer, uno de los jefes de la oficina tuvo que salir a la puerta para poder contener a las cientos de personas que pretendían conseguir su tarjeta de residencia y que querían hacerlo en el mismo día. E incluso se repartieron números escritos a mano como cita para entregar los papeles otro día.


Otra noche más durmiendo en la calle.

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