El cadáver del ecuatoriano Carlos Alonso Palate, de 35 años, fue rescatado bajo escombros ayer por socorristas sobre el asiento reclinado de un auto y cubierto con una colcha, tras el atentado al aeropuerto de esta ciudad, el pasado sábado, que se atribuyó el grupo ETA.

El jefe del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, dialogó durante dos horas con familiares de este ecuatoriano y de otro compatriota desaparecido en el ataque, Diego Estacio, a quienes les aseguró que “se hará justicia”. Además, su régimen dispondrá de un avión de su Fuerza Aérea para traer hoy el cadáver con sus familiares, y con ellos vendrá la secretaria de Estado para Iberoamérica, Trinidad Jiménez.

También concederá la nacionalidad española a los parientes, igual que en el ataque de marzo del 2003, donde murieron seis compatriotas.

Desde ayer se investiga la denuncia de la familia de un uruguayo que desapareció y tenía previsto volar desde Madrid a su país el pasado sábado, día del atentado.

El ambateño Palate es desde ayer la víctima número 818 de la banda ETA. El ícono de una tregua, hoy rota, que anunció ese grupo el 22 de marzo del 2006; la tercera en 38 años de su historia, tras las fallidas de 1989 y 1998.

Y Palate es, al mismo tiempo, la primera víctima mortal en tres años y siete meses desde que los etarras, el 30 de mayo del 2003, mataran con un coche bomba a dos policías.

El sábado pasado, una furgoneta cargada de explosivos que estalló en el módulo D del estacionamiento de la terminal 4 del aeropuerto de Barajas, en Madrid, segó su vida.

Ayer, a las 18:30 (hora en España), los equipos de rescate hallaron el cuerpo del inmigrante cubierto con una manta y “en condiciones de ser reconocido por el procedimiento visual ordinario”, reportó el servicio de Emergencias.

El hallazgo fue posible porque los familiares que visitaron la “zona cero” precisaron donde se hallaba el auto Renault Clio rojo de 1993.

Los socorristas localizaron los restos del vehículo sepultado en el parqueadero 423.
El cuerpo fue rescatado a las 02:31 (20:31 de ayer en Ecuador); los equipos levantaron una cortina plástica azul para evitar que los medios tomaran imágenes.

La onda expansiva no consiguió desplazar al coche del lugar donde aquella fatídica mañana decidió aparcarlo en compañía de Hernán Moyolema, su amigo de la infancia. Ellos residían en Valencia. Juntos viajaron hacia Madrid para recoger a la esposa de Hernán que arribaba de Ecuador la mañana del pasado sábado en vuelo de Lan.

El ambateño, que cinco años atrás decidió mudarse a España en busca de un mejor porvenir, prefirió aguardar en el auto. La última conversación que mantuvieron, a través del teléfono celular, ocurrió segundos antes de la explosión.

Los agentes tardaron en anunciar su desaparición porque hubo una confusión que provocó que, en los primeros momentos, los uniformados pensaran que todas las denuncias se referían a la misma persona, es decir a Diego Estacio, del que aún no se encuentra ningún rastro.

Hasta el mediodía de ayer, Luis Jaime Palate, su hermano, parecía aferrarse a un hilo de esperanza. “Jamás pensé que esto podía pasarle a él”, le comentó entre sollozos a la concejala Ana Botella (esposa del ex jefe del gobierno español, José María Aznar).

Apenas conocida la noticia, el actual jefe del régimen español, José Luis Rodríguez Zapatero, acudió al hotel Auditorium, donde se alojan los allegados de los dos ecuatorianos. Dedicó una hora a cada una de las familias.

Hubo llanto y mucho dolor, pero también tiempo para las anécdotas. Para hablar de su vida en Ecuador y en España. De sus trabajos y aficiones. “He querido dar mi profunda condolencia a los familiares que están sufriendo y transmitirles que se hará justicia por este atroz crimen”, subrayó Rodríguez Zapatero al finalizar el encuentro.

El gobierno ultima la repatriación a Ecuador de los restos de Carlos en un avión de las Fuerzas Armadas que partirá hoy de Madrid. En él viajarán sus familiares y Trinidad Jiménez, secretaria de Estado para Iberoamérica.

Su gobierno concederá la nacionalidad española por carta de naturalización a los familiares. Se estudiará cada caso de los 20 allegados de los dos inmigrantes como ocurrió tras el atentado del 11 de marzo del 2004, en el que fallecieron seis ecuatorianos.

A Luis Alonso Palate se le dará permiso de residencia y trabajo para que consiga un empleo en el país europeo. España ha pagado el desplazamiento de parientes de las víctimas.