madrid. La Policía Local de Alcalá de Henares informó de que ha abierto una investigación interna sobre la actuación de los agentes tras el asesinato de un vigilante de seguridad rumano de 28 años cuando trataba de impedir, el 1 de enero, que un grupo de jóvenes se colaran en una pista de patinaje municipal.

El alcalde de Alcalá de Henares, Bartolomé González, ordenó “el cierre definitivo” de la pista de hielo “tras hablar con la viuda del vigilante”, con la que se reunió ayer, y tras realizar una consulta legal. El primer edil confirmó la decisión municipal de “hacer frente a la repatriación del cuerpo a Rumanía, país de origen del fallecido, si el juzgado autoriza el traslado”.

Respecto a la investigación, en una nota informativa, el Consistorio informó de que “se adoptarán las medidas correspondientes si hubiera negligencia o pasividad” al término de las pesquisas, que están realizándose en paralelo a las realizadas por el Juzgado correspondiente.

Un madrileño de 18 años fue detenido el martes como presunto autor material de las puñaladas que acabaron con la vida del vigilante. El detenido, que carece de antecedentes penales, fue arrestado en los alrededores de la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía de Alcalá. Al parecer, trataba de interceptar a los testigos que acudieron a las dependencias policiales para amedrentarlos y disuadirlos con el fin de que no le inculparan.

El arma utilizada para acabar con la vida del vigilante, Joan Grancea, que llevaba en España un mes y medio y tenía esposa y un hijo de 8 años, no ha podido ser localizada. Según declaró el propio detenido, se deshizo de ella instantes después de ocurrir los hechos. >agencias