EUROPA PRESS. PAMPLONA.

Los primeros pasan a convertirse en ciudadanos comunitarios de pleno derecho. Esto significa que si su autorización de trabajo y residencia estaba circunscrita a un periodo, actividad y zonas geográficas determinadas, pasa a ser «comunitaria», es decir, válida para todo el territorio de la UE y cualquier actividad.

Sin embargo, para los en torno a 1.250 rumanos y búlgaros que se estima residen en Navarra sin papeles, la situación es de mayor incertidumbre. No tendrán las mismas facilidades debido a una moratoria de dos años aprobada por España que impide la libre circulación de estos trabajadores. Sin embargo, estarán en mejor situación que los inmigrantes de otros países ajenos a la UE.

Así, los búlgaros y rumanos que quieran trabajar en España no estarán limitados a la oferta que contempla el Catálogo de Difícil Cobertura, una guía en la que se recoge la oferta laboral para inmigrantes. Según explicó Eduardo Jiménez, director de la Fundación Anafe – Cite de CC OO, «hasta ahora, un trabajador de Bulgaria o Rumania debía tener una oferta de empleo dentro de una ocupación de Difícil Cobertura, que agrupa a las ofertas que más se repiten en el INEM». «A partir de ahora, tendrán vía libre para acceder a cualquier trabajo. Se les facilitan más las cosas».

Sin embargo, todavía se desconoce cómo se va a regular su acceso al permiso de residencia y de trabajo: «No sabemos cuáles van a ser los requisitos, cuáles van a ser los formularios, ni los documentos que se les van a solicitar», explicó Jiménez.

El número de búlgaros en Navarra es algo superior al de rumanos y ambos juntos representan al 8% de la población extranjera residente. La mayoría de estos extranjeros son trabajadores que se dedican al sector de la construcción (oficiales y peones), industria manufacturera o talleres mecanizados. «Es mano de obra cualificada, con experiencia, bastante buena. Se están incorporando de una manera bastante notable a estos sectores de actividad», explicó Eduardo Jiménez.