La mayoría de los municipios de Gipuzkoa gana población gracias a la llegada de inmigrantes
El padrón oficial a 1 de enero de 2006 asciende a 691.895 habitantes, 3.000 más que el año anterior Las diferencias entre la costa y el interior se suavizan
Diario Vasco, 03-01-2007SAN SEBASTIÁN. DV. Gipuzkoa continúa creciendo en número de habitantes. El último padrón oficial, que corresponde al 1 de enero de 2006, asciende a 691.895 personas, 3.000 más que el año anterior, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Las cifras oficiales de población del 2006 fueron aprobadas en la última sesión del Consejo de Ministros y publicadas el sábado pasado.
La tendencia al alza es generalizada en todo el territorio. La mayoría de los municipios gana población, principalmente debido a la llegada de inmigrantes, y los que pierden, lo hacen de forma menos drástica que en anteriores ocasiones. De las 88 localidades guipuzcoanas, sólo 21 arrojan un saldo negativo, lejos de los datos de 2003, cuando más de la mitad perdían habitantes. En este grupo se encuentran Eibar, Arrasate, Zestoa y Lasarte – Oria, entre otros. Orexa, que era el municipio más pequeño, ha conseguido pasar el testigo a Baliarrain, con 95 habitantes.
Miguel de los Toyos, primer teniente de alcalde de Eibar, confirma que «la tendencia de decrecimiento no ha sido tan brusca», aunque el municipio armero sigue sin poder darle la vuelta a esta situación. El corporativo, que es además concejal de Urbanismo, dice que la explicación es compleja, pues confluyen varios factores. «En primer lugar está la carestía de la vivienda. Eibar fue uno de los municipios del interior en donde antes subió el precio de los pisos, lo que provocó la salida de muchos jóvenes. Ahora este hecho se ha frenado, ya que las viviendas están caras en todas partes». Otra de las causas de la pérdida de habitantes es que «muchos de los emigrantes que se instalaron en la época de crecimiento industrial están volviendo a sus lugares de origen». Pese a todo, De los Toyos matiza los datos del padrón y asegura que «la población real es mayor. Mucha gente se empadrona en otros municipios por diversas razones, por ejemplo fiscales, pero luego hace la vida en Eibar. Y eso se nota en el día a día».
Irun, el que más crece
A la cabeza de la clasificación aparece Irun, con 753 nuevos empadronados. La localidad fronteriza ha pasado por primera vez la barrera de los 60.000 habitantes (60.261); las previsiones para los próximos años apuntan además en la misma dirección, según el segundo teniente de alcalde, Miguel Ángel Páez. La clave de su crecimiento, dice el edil, han sido los nuevos desarrollos urbanísticos, como el de Palmera Montero.
Sigue la misma tendencia el resto de los municipios de la costa, como Zarautz (22.323 habitantes), Hondarribia (16.073) y Deba (5.313), donde se proyectan 700 nuevas viviendas, 250 de las cuales serán de VPO, «para evitar que los jóvenes se vayan a otros municipios» y para seguir captando residentes de municipios del interior, como Eibar o Arrasate, explica el alcalde debarra, Jesús Mari Agirrezabala. El primer edil admite que los municipios costeros tienen un una ventaja frente al interior: la oferta de ocio, que se prolonga durante cada vez más tiempo. «Ahora la actividad crece desde Semana Santa y eso atrae a mucha gente, incluida la del interior».
En el caso de Donostia, el municipio más grande, el incremento es más estable. En los últimos cinco años, la capital guipuzcoana sólo ha sumado 871 nuevos empadronados, hasta alcanzar en 2006 los 183.308 habitantes. «El criterio actual es la sostenibilidad. Hay que crecer teniendo en cuenta el impacto», dice Kepa Korta, director del Plan Estratégico.
La capital ejerce además una gran influencia en los municipios más cercanos, como Pasaia, Astigarraga o Andoain, que ganan población debido al precio de los pisos, más bajo que en Donostia.
De los datos del INE se desprende asimismo que los municipios del interior también atraen nuevos habitantes. Pese a que durante muchos años la población se asentó preferentemente en la costa, el nuevo padrón ofrece otra perspectiva: las zonas del interior, en especial, el Goierri, crecen por encima de los niveles del litoral.
Saldo migratorio positivo
La explicación está en la inmigración, que «ha trastocado» las diferencias históricas entre la costa y el interior, dice Korta. El saldo migratorio es positivo por sexto año consecutivo en Euskadi. Gipuzkoa, con 2.880 personas más en 2005, multiplicó por cinco su incremento respecto al 2004. «Necesitamos la inmigración», subraya Korta. En Donostia, la población de entre diez y veinte años es la mitad que la de entre veinte y treinta, por lo que en los próximos años «será difícil cubrir las necesidades de empleo actuales sin la llegada de inmigrantes».
Korta añade otro factor que está suavizando las diferencias territoriales. «Las mejoras de movilidad están permitiendo elegir una ciudad para vivir y otra para trabajar. El Tren de Alta Velocidad, por ejemplo, conectará Donostia con Bilbao en 34 minutos, así que será normal trabajar en Bilbao y dormir en San Sebastián».
(Puede haber caducado)