El 55% de losniños inmigrantes de Bizkaia están matriculadosen el modelo A

Un estudio de Eustat afirma que la opción está condicionada por la oferta existente

Deia, 02-01-2007

A. Atxutegi Bilbao

Más de la mitad de los niños inmigrantes que actualmente viven en Bizkaia (un 55%) están matriculados en el modelo A, frente al 23% que cursan sus estudios en modelo bilingüe y otros tantos que lo hacen en modelo D, según se recoge en el apartado sobre “Población extranjera” del último Informe Socioeconómico de Euskadi 2006 elaborado por Eustat.

Así, la distribución de los niños extranjeros en modelos escolares en el territorio se asemeja mucho a lo que sucede a nivel de la CAV, donde el 50% de los menores estudian en el modelo A, el 23% en el D y el 28% en el B.

Por su parte, Araba y Gipuzkoa representan los polos opuestos. El predominio del castellano es absoluto en Araba, donde los que optan por el modelo en castellano ascienden al 75% y por el euskera el 5%. En Gipuzkoa no se da un vuelco simétrico, pero el modelo A se reduce al 18%, el D asciende al 37% y el B es el dominante, con el 45%.

Para el profesor de Sociología de la Universidad del País Vasco, Xabier Aierdi, autor del estudio, la cuestión de fondo es preguntarse si estos datos revelan una opción o un condicionamiento del medio. En opinión de este sociólogo, «la realidad guipuzcoana nos permite confirmar la idea de que se opta por lo que hay». De esta forma, explica que «la inmigración extranjera, que por razones de estratificación tiende a matricularse en la red pública, se adapta a la distribución disponible en su entorno, por lo que en Gipuzkoa, con un modelo A muy debilitado (18% de las matrículas en este territorio frente al 50% en la Comunidad), el 45% se ha matriculado en el modelo B y el 37% en el modelo D».

Aierdi sostiene por ello que en muchas ocasiones «la opción por el modo de inserción está más en manos de la oferta que el inmigrante recibe de la sociedad de llegada que de sus propias elecciones». Así, es la sociedad de acogida «la que comprime o amplía las posibilidades de opción, y posterior integración, de la población extranjera, y esto vale para la educación y para otros muchos ámbitos. Parte de la integración está en manos de la población extranjera; otra mucha o la mayor parte en manos de la sociedad receptora».

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