La población más europeísta del Este
La Razón, 02-01-2007Pedro G. Poyatos
Madrid – Tras no poder sumarse a los otros ochos países del antiguo bloque
comunista más Malta y Chipre que ingresaron en la Unión Europea en 2004,
Bulgaria llega al club comunitario con un entusiasmo a prueba de bomba. El
73% de su población se muestra favorable a su adhesión. Este optimismo se
advierte sobre todo entre los jóvenes, quienes creen que la integración
les brinda grandes oportunidades para estudiar, viajar y trabajar en otro
Estado miembro.
En cambio, los ciudadanos búlgaros de mayor edad no
ocultan su temor a que la entrada en la UE se traduzca en el aumento de
los precios, el cierre de las pequeñas y medianas empresas menos
competitivas y el aumento del desempleo.
«Bulgaria será un socio
correcto, fiable y previsible», según el primer ministro, Sergei
Stanishev, quien recuerda que los esfuerzos búlgaros «estarán orientados
hacia la plena integración económica y social del país en Europa». Para
lograr unos objetivos tan ambiciosos, Sofía, con una renta per cápita
equivalente al 33% de la media comuntiaria, deberá esforzarse en mejorar
sus puntos flacos: el sistema judicial, la lucha contra la corrupción, el
lavado de dinero o el crimen organizado. Los asesinatos a sueldo de
carácter mafioso se han convertido en algo habitual en las calles de Sofía
a plena luz del día.
La Comisión Europea ha advertido que se
mostrará muy vigilante con Rumanía y Bulgaria y prevé la posibilidad de
suspender algunos derechos en caso de graves incumplimientos. Bruselas ya
ha excluido a Sofía del mercado interior aéreo por falta de seguridad y ha
aprobado restricciones a la importación de productos lácteos y cárnicos
procedentes de Bulgaria y Rumanía.
Para evitar la temida
«invasión» de inmigrantes rumanos y búlgaros, ambos países están excluidos
de la libre circulación de trabajadores por un plazo máximo de siete años,
aunque la mayoría, como España, abrirá sus fronteras en dos años.
Económicamente, Bulgaria presenta una situación muy favorable con un
superávit presupuestario del 3% y un crecimiento económico superior al 6%.
Este panorama permitió que en 2006 la inversión directa extranjera
superara los 3.000 millones de euros. Los sectores más atractivos son la
construcción, las altas tecnologías y las telecomunicaciones. Sofía confía
ingresar en el euro en 2010.
Sin embargo, la realidad cotidiana está
aún lejos de los buenos resultados macroeconómicos. El salario medio ronda
los 250 euros, lo que ha forzado al Gobierno a subir este año el sueldo de
los funcionarios un 10%. Además, la modernización tecnológica de las
empresas, la mejora de las infraestructuras y los obsoletos transportes y
la recuperación de la agricultura siguen siendo las grandes asignaturas
pendientes para la coalición en el poder, formada por los socialistas, el
Movimiento Nacional Simeón II y la minoría turca. La UE contribuirá al
desarrollo económico del país balcánico – el país más pobre de los
Veintisiete – con 6.047 millones de euros entre 2007 y 2013.
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