La colaboración vecinal salva la vida a una inmigrante y a su hijo en un incendio en León
ABC, 29-12-2006BELÉN MOLLEDA
LEÓN. Una mujer embarazada de seis meses arrojó ayer por la tarde a su hijo al vacío desde la terraza de un segundo piso de una vivienda de León para evitar las llamas que les estaban ya alcanzando de un incendio que se registró en el salón de su casa por causas que se investigan, si bien todo apunta a que se debió a un cortocircuito. La espectacularidad del fuego sembró el pánico entre los vecinos del inmueble, que quedaron atrapados, ya que se les indicó que no salieran en tanto se sofocaran las llamas.
El suceso se produjo pasadas las cinco de la tarde en el barrio de las Ventas, en un inmueble de cuatro plantas y dieciséis viviendas. El momento de mayor tensión se produjo cuando una mujer pedía auxilio desde la terraza, con su hijo de dos años, ambos muy asustados, puesto que las llamas les estaban ya alcanzando.
«¡Primero el niño!»
Allí, estaban dos policías locales, que venían de la plaza del Espolón, tras ser alertados del suceso, además de un grupo de vecinos que se desgañitaban en indicaciones para tratar de salvar a la madre y el hijo. Entre todos sujetaron una especie de lona: «!Primero el niño!», le gritaban a la madre, de nacionalidad brasileña, que en principio quería tirarse con su hijo en brazos desde una altura de más de siete metros. Tras convencerla, primero arrojó al pequeño y luego se tiró ella. La madre sufrió una pequeña herida en la mandíbula y el niño salió ileso. No obstante, ambos fueron trasladados al Hospital de León para someterse a una revisión. Su estado parece en principio satisfactorio, según fuentes de la Policía Local.
Quien sufrió una herida un poco mayor fue un vecino que sujetaba la lona y al que se le fracturó un dedo. Además, fue trasladado al hospital de León un hombre de 39 años, J.L.L., que sufrió inhalación de humo.El segundo piso donde se registró el incendio quedó totalmente destruido, si bien el resto de las viviendas no sufrieron daños y los vecinos ya han podido acudir a sus hogares.
Sin embargo, el susto fue tremendo. «Querían salir, pero los bomberos y la policía les indicaron que esperaran en sus domicilios hasta que el humo desapareciera», explicó a ABC un policía. Uno de los vecinos, que no pudo salir hasta que se apagó el fuego, explicó: «Después de todo, queda una historia de colaboración entre los vecinos». A las ocho de la tarde abandonaba el lugar la última patrulla de la Policía.
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