Fui dos días en patera sin comer ni beber, relata un menor inmigrante marroquí acogido en la Comunitat

Kamal, uno de los inmigrantes menores atendidos en el Centro de Recepción ‘Valencia’, cuenta sus ganas de volver a casa con dinero para su madre

Las Provincias, 29-12-2006

Kamal, uno de los inmigrantes menores atendidos en el Centro de Recepción ‘Valencia’, cuenta sus ganas de volver a casa con dinero para su madre Es esbelto y afable, se defiende con el castellano y no deja de sonreir con gran carga de timidez. Kamal, un joven marroquí de 17 años, lleva nueve meses en Valencia, en el Centro de Recepción que acoge a inmigrantes menores.

Su historia es la de tantos miles de jóvenes que, aún sin tener la mayoría de edad, se lanzan a la aventura de la supervivencia. Cruzaron el estrecho sin tener muy claro si volverían a pisar tierra. Pero nada les arredró, contando para ello con su mejor aliado: el coraje de la juventud y el sentido de responsabilidad. Son conscientes, pese a su corta edad, de que para sus familias repesentan el único sustento.

El joven salió de noche desde Tánger. “Íbamos 50 personas, todo hombres y estuvimos dos días sin tener nada para comer y sin beber”, relató ayer a LAS PROVINCIAS.

“En ningún momento pensé que no llegaría, siempre mantuvimos mucha confianza y estuvimos firmes en la creencia de que la suerte nos acompañaría”, recordó Kamal. Sin embargo, no todo fue sencillo. Se le puso el semblante serio cuando recordó esa travesía. “Pasamos mucho miedo”, comentó.

Lloros al ver tierra

Pero superados esos dos días, en los que no quiso entrar en detalles y de los que dijo no acordarse, alcanzaron la costa. “No sabíamos que era Málaga. Lloramos al ver tierra”, manifestó sin ningún tipo de rubor.

A Kamal no lo arrastró nadie hasta aquí. Su decisión la tenía muy clara, premeditada y asumida. “Cuando oía a los chicos de mi edad decir que se venían yo también quise venir”, aclaró. Y se arriesgó a ello con un éxito que no todos logran alcanzar.

Su situación familiar requería adoptar algún tipo de decisión. Huérfano de padre y con dos hermanas de 10 y 12 años, el joven se convirtió, de pronto, en cabeza de familia.

“En mi casa sólo trabaja mi madre y yo sentía la necesidad de hacer algo para ayudar”, indicó, manifestando de esta forma un alto grado de responsabilidad sobre los suyos.

Aquí ha sido un buen alumno y ya ha obtenido el título de instalador de aire acondicionado en la escuela taller a la que asiste.

Sólo piensa en el regreso

Incluso tiene ahorrados sus primeros dinerillos para regresar con los suyos “y llevarles regalos”. Kamal no es de los que piensa instalarse aquí. “Echo de menos mi casa y, como todos los chicos, pienso en volver a ella en cuanto pueda”.

No ha sido conquistado por ninguna jovencita, porque, como comentó el director del centro, Manuel Puig, “tiene muy claras las cosas y su prioridad es trabajar para su madre y hermanas”.

“Salgo con amigos árabes a dar una vuelta los fines de semana”. El resto de los días los dedica a formarse. Lo que más le gusta: “la paella, el sol y las chicas”.

Kamal, junto a sus compañeros, recibió ayer la visita de la consellera de Bienestar Social, Alicia de Miguel. La consellera se acercó al Centro de Recepción Valencia donde residen 48 adolescentes, que permanecen allí entre 45 días y tres meses. En este mismo centro también se encuentran los primeros 15 inmigrantes menores trasladados desde Canarias.

Ayer estaban viendo la película El señor de la guerra, en castellano, “siempre en esta lengua para ayudarles a que se familiaricen”, comentaron las tutoras.

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