El Gobierno duda ahora sobre destinar 1,5 millones para alquilar vuelos Las protestas de los perjudicados por el cierre de Air Madrid se están convirtiendo en el pan de cada día en Ecuador. Las compras navideñas en los centros comerciales y las reuniones familiares características de esta época del año están siendo sustituidas por manifestaciones a las puertas de la Defensoría del Pueblo, la Embajada española, las oficinas de Air Madrid o el Palacio de Gobierno.

Allí, los afectados se concentran un día sí y otro también, provocando incidentes como el de la tarde del miércoles, cuando un grupo de protestantes retuvo durante varias horas al intendente de la policía de la provincia de Pichincha (donde se ubica la capital, Quito), Pablo Santos, en las dependencias de la Defensoría del Pueblo.

Acudió allí para mantener un encuentro con los representantes de los emigrantes damnificados y del Ministerio de Relaciones Exteriores. Los protestantes reclamaban a Santos que controle los precios de los billetes de avión emitidos por las agencias de viaje y el resto de aerolíneas que viajan a España, que multiplican su valor.

El coste aproximado de un vuelo de ida desde Quito a Madrid debería costar alrededor de los 500 euros. Sin embargo, las agencias que operan en el país están ofreciendo tarifas cercanas a los 2.000 euros. Además, apenas hay asientos disponibles hasta mediados de febrero, lo que está provocando la desesperación de los cerca de 5.000 afectados en el país andino. La mayoría teme perder no sólo su trabajo, sino el permiso de residencia, ya que a muchos de ellos se les cumple el plazo de renovación durante las próximas semanas. Por eso, los concentrados no descartan comenzar una huelga de hambre si no se da una solución.

La idea no le parece descabellada a Alfredo Reinoso, que debería reincorporarse a su puesto de trabajo como albañil en Madrid el 8 de enero. El quiteño se ha recorrido las principales agencias de la capital en busca de un boleto de vuelta para él y para su esposa. Pero nada. Los afectados no han dejado de protestar ni un solo día, mostrando su indignación con pintadas las oficinas como Air ladrón, gilipollas, ¿Primer mundo? o Estafadores. Algunas de las medidas que se iban a adoptar se están retrasando. Así, el Gobierno recula ante la propuesta de destinar 1,5 millones de euros al alquiler de vuelos con destino a España.