Impresiones

IMPRESIONES: El 'Archipiélago Cayuco', un desafío para el Gobierno en 2007

El Mundo, 28-12-2006

No tiene plazas ni edificios, pero la peripecia de los habitantes de esta simbólica comunidad flotante es para nosotros la Ciudad del Año. Si el Archipiélago Gulag de Solzhenitsyn era el implacable resultado de un régimen totalitario, el Archipiélago Cayuco se ha construido sobre los sueños rotos de miles de subsaharianos, que montan en las embarcaciones de las mafias tratando de huir de la miseria y que acaban a miles de kilómetros de su hogar con una orden de expulsión y sin la posibilidad de ganarse legalmente la vida. Entre el inicio y el fin del trayecto, les espera un viaje en el que muchos mueren, una fugaz visita a los juzgados y una estancia de 40 días en centros de detención sobresaturados. La inmigración ilegal no es algo nuevo, pero sí lo son los cayucos, cuya llegada es paradójicamente el fruto del refuerzo de la vigilancia en el Estrecho y de la cooperación con Marruecos. A raíz de esta nueva situación, las mafias vieron un filón en estos barcos pequeños capaces de recorrer largas distancias desde Senegal o Mauritania. La irrupción de los cayucos desplazó la presión migratoria hacia Canarias, donde – contando los tres barcos de ayer – han desembarcado ya más de 31.000 subsaharianos. Las soluciones no son fáciles. El Gobierno ha dado pasos interesantes aunque insuficientes, como la firma de convenios de repatriación o el Frontex, un dispositivo bien coordinado por la Guardia Civil pero con escaso respaldo de los países europeos, reacios a colaborar en la solución de un problema que entienden ha sido avivado por la regularización del ministro Caldera. La llegada de inmigrantes cae cada año hasta la primavera. Entonces será el momento de ver si estas medidas han dado fruto o si, por el contrario, el Archipiélago Cayuco continúa desafiando a la temible mar gruesa del Atlántico.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)