Horacio Santini

Con la perspectiva del próximo cambio de liderazgo en el Congreso a partir de enero, legisladores demócratas y republicanos buscan resucitar la reforma migratoria integral que fue virtualmente sepultada por los conservadores y ponen sobre la mesa una estrategia específica para atacar el proyecto del muro fronterizo con México: dejar el proyecto sin fondos.

En 2006, las elecciones en Estados Unidos, ganadas por los demócratas, provocaron una pausa en la discusión del tema migratiorio, y ahora los promotores de una reforma pretenden lograr una aprobación en el Senado en marzo o abril.

El influyente diario New York Times reportó que la nueva iniciativa, impulsada por los senadores Edward Kennedy, demócrata de Massachussets, y John McCain, republicano por Arizona, contempla una ruta más directa a la ciudadanía que el proyecto aprobado este año en el Senado y que después fue boicoteado en la Cámara de Representantes.

“Los legisladores consideran abandonar un requisito en la ley del Senado que forzaría a millones de inmigrantes indocumentados a salir de Estados Unidos antes de hacerse elegibles a la ciudadanía”, señaló el Times.

Con la propuesta aprobada en el Senado, los indocumentados con cinco o más años de residencia comprobable en Estados Unidos podían iniciar el proceso de naturalización, pero otros grupos con menos años de residencia tendrían que salir del país antes de inscribirse a un plan de regularización.

A consideración de los legisladores se encuentra también la posibilidad de negar el financiamiento al propuesto muro en la frontera con México.

Aunque el Congreso aprobó un fondo inicial de mil 187 millones de dólares, el Departamento de Seguridad Doméstica estima que el costo total ascendería a 7 mil 100 millones. La totalidad del muro fronterizo debería estar listo en 2011.

Futuro incierto
Aún cuando activistas migratorios coinciden en que existe una ventana de oportunidad para aprobar una reforma migratoria integral antes que inicie el año electoral 2008, algunos expertos no son tan optimistas.

Para algunos sectores, el riesgo real es que el tema migratorio aparezca sólo cuando se torna una pelota más del ping pong electorero entre los partidos demócrata y republicano.

La reforma migratoria no aparece, por ejemplo, en el menú de prioridades legislativas de la próxima presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, con el argumento de que es un tema complicado que no podrá ser tratado de inmediato.

Grupos independientes creen que si no pasa algo antes de noviembre, la migración quedara presa de la telaraña de las elecciones presidenciales de 2008, como ocurrió en 2006.

Pero el demócrata Edward Kennedy, quien por años ha promovido la reforma, dijo al Times que se siente confiado.

“Tengo muchas esperanzas tanto en términos de sustancia como de la política”, comentó este miembro de la dinastía política más famosa de Estados Unidos.

La semana pasada el presidente George W. Bush pidió aprobar una reforma amplia tanto a republicanos como a demócratas para que la promulgue en 2007.

El nuevo plan contempla la introducción de una iniciativa en el Senado estadunidense en enero, con la expectativa de su aprobación en marzo o abril. Una versión similar entraría después a la Cámara de Representantes.

Nuevo foco
El próximo presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, Joe Biden, anunció que dará más atención a América Latina, en particular a Venezuela y México. Con el primer país, el gobierno estadunidense mantiene controversias a raíz del ascenso de Hugo Chávez.

Biden culpó recientemente a México de ser displicente en cuanto al manejo de los cientos de miles de migrantes que intentan llegar a Estados Unidos desde el sur.

El legislador señaló que México padece migración ilegal gracias a un sistema que privilegia la corrupción.

Apuntó también contra los patrones estadunidenses y dijo que a menos que se castigue a empleadores de indocumentados, la migración proseguirá sin ningún remedio.

Dinero fronterizo
El muro fue autorizado por las autoridades de EU con secciones dobles y triples en algunos segmentos de la frontera. Sin embargo, esta acción fue antes que nada simbólica, pues no fue respaldada con presupuesto para su edificación.

De los más 7 mil millones de dólares necesarios para que la frontera quede amurallada, una sexta parte ya está asegurada. El resto está a discusión y desde un principio parece haber pocas posibilidades de obtenerlo.