Córdoba – La Junta Islámica de España ha remitido al Papa Benedicto XVI una
carta en la que solicita que los musulmanes puedan compartir con los
cristianos el rezo en la Mezquita – Catedral de Córdoba para «despertar las
conciencias» de ambas confesiones y «enterrar enfrentamientos pasados». El
secretario de la Junta Islámica, Audalla Alberto Conget, que suscribe el
escrito, subraya que su asociación no ha buscado crear «ningún tipo de
alarma» cuando realizó esta misma petición al presidente de la Conferencia
Episcopal Española, monseñor Ricardo Blázquez.
   Ayuda
a la humanidad
   Conget asegura en la carta que «los musulmanes
españoles» no tienen que «recuperar ningún Al – Andalus nostálgico», ya que
«España es Al – Andalus y Al – Andalus es España, y sólo los españoles tienen
derecho a su rehabilitación y a su responsable administración». Además, en
la misiva asegura que «el propósito que nos animaba no es el de
apropiarnos de ese bendito lugar, sino el haber llegado a propiciar en él,
junto a vosotros y a otras confesiones, un espacio ecuménico singular y
único en el mundo que hubiese estado cargado de significado para ayudar a
la humanidad en el camino de la Paz».
   Por otro lado, recuerda
en su escrito las palabras del profeta Mahoma en las que decía que «está
prohibido arrojar a un obispo de su obispado, a un sacerdote de su
iglesia, a un ermitaño de su ermita». «El magnetismo de la Catedral de
Córdoba sería irrelevante sin el poder de la imagen mística de la que fue
una de las más grandes y más bellas mezquitas del mundo y que sigue
siéndolo, aunque sólo sea en su arquitectura, algo de lo que todos los
españoles debemos estar muy orgullosos». Esta propuesta, añade, «está
animada por el optimismo que ha causado el ejemplo de la imagen de Su
Santidad en la Mezquita Azul de Estambul realizando una oración hombro con
hombro».
   En la carta que los miembros de la Junta Islámica han
remitido a Benedicto VI, resaltan también que «sabemos que hay hermanos en
el islam que pervierten el mensaje expresado en la Revelación Coránica y
muestran las trazas patológicas a las que están expuestas todas las
religiones» y que «desgraciadamente desconocen el equilibrio y la
moderación que contenía el corazón del Profeta».