JESÚS BASTANTE

MADRID. La Junta Islámica de España ha enviado una carta a Benedicto XVI, a través del Nuncio de Su Santidad en España, Manuel Monteiro de Castro, en la que reivindica el «uso ecuménico» de la mezquita – catedral de Córdoba, al tiempo que solicita al embajador del Papa la preparación de un encuentro con el Santo Padre para tratar esta cuestión.

La carta está firmada por Audalla Alberto Conget, secretario de la Junta Islámica y, según pudo saber este diario, ya ha sido recibida en Nunciatura. No obstante, monseñor Monteiro se encuentra de vacaciones en Portugal, con lo que hasta el 3 de enero no podrá dar acuse de recibo a la misma.

La misiva, a la que ha tenido acceso ABC, tiene lugar dos semanas después de la petición formulada por Mansur Escudero, presidente de laJunta Islámica, al presidente de la Conferencia Episcopal, Ricardo Blázquez, acerca de la posibilidad de que los musulmanes puedan orar en el templo. Durante los desayunos de Europa Press, el obispo de Bilbao fue interpelado sobre esta posibilidad, remitiéndose a la autoridad el obispo de Córdoba, Juan José Asenjo, aunque pareció dejar la puerta abierta a que cualquier persona, de modo individual, pudiera rezar en los muros del templo.

«Un espacio ecuménico único»

En la carta, la Junta Islámica recuerda a Benedicto XVI que «el magnetismo de la catedral de Córdoba sería irrelevante sin el poder de la imagen mística de la que fue una de las más grandes y más bellas mezquitas del mundo, y que sigue siéndolo aunque sólo sea en su arquitectura; algo de lo que todos los españoles debemos estar muy orgullosos».

Por ello, solicita del Papa la creación, en torno a la mezquita – catedral, de «un espacio ecuménico singular y único en el mundo, que hubiese estado cargado de significado para ayudar a la humanidad en el camino de la paz».

Al mismo tiempo, el escrito indica que la reivindicación sobre la mezquita, formulada por Mansur Escudero a monseñor Blázquez, «no albergaba la intención de causar ningún tipo de alarma, y el propósito que nos animaba no es el de apropiarnos de ese bendito lugar, sino el haber llegado a propiciar en él, junto a vosotros y a otras confesiones, un lugar ecuménico singular».

Para justificar esto, la misiva recoge un edicto del profeta Mahoma «para los musulmanes que viven dentro de la cristiandad», en el que se subraya que «está prohibido arrojar a un obispo de su obispado, a un sacerdote de su iglesia, a un ermitaño de su ermita. No se ha de quitar ningún objeto de una iglesia para utilizarlo en la construcción de una mezquita o de casas de los musulmanes».

El Papa, en la mezquita Azul

Tras reconocer que «hay hermanos en el Islam que pervierten el mensaje» expresado en el Corán, mostrando «las trazas patológicas a las que están expuestas todas las religiones», y que «desconocen el equilibrio y la moderación», los responsables de la Junta Islámica ponen el ejemplo del propio Benedicto XVI, quien rezó en la mezquita Azul de Estambul.

«Con respecto a la mezquita – catedral de Córdoba, nos gustaría poder compartir con vosotros una oración que, al igual que la realizada en la mezquita Azul de Estambul, sirviera para despertar las conciencias de cristianos y musulmanes y demostrar que es posible desterrar enfrentamientos pasados y construir de cara al futuro un verdadero encuentro ecuménico», señala la carta, que incide en que «estamos seguros de que comprenderéis la importancia que tiene esto para la apertura y la construcción de un diálogo interreligioso».

«Os invitamos, pues, a construir un nuevo ejemplo», pide la Junta Islámica a Su Santidad el Papa, con el fin de «demostrar a los escépticos que es posible. Juntos podemos enseñar a los violentos, a los cerriles, a los que temen al otro, en una u otra creencia, en una u otra cultura, a los antisemitas, a los islamófobos, también a los que creen que sólo el Islam tiene derecho a permanecer en el mundo, que la oración es el arma más fuerte que el ser humano pueda haber imaginado».

Espacios de encuentro

Finalmente, la misiva concluye anunciando que la Junta Islámica de España «va a impulsar una nueva serie de iniciativas encaminadas a inspirar la conciliación entre musulmanes y católicos, y a fomentar espacios y momentos de oración y de encuentro», para lo que «desearíamos vuestro apoyo, y que vuestra respuesta fuese positiva».

El objetivo, señala la carta enviada al Pontífice, es «que borremos el miedo de nuestras miradas mientras peregrinamos por el camino de la adoración hasta el encuentro con el Amado».