J. B.

MADRID. Más de medio millón de musulmanes residen en Andalucía, aunque sólo la mitad lo hace de modo oficial, según los datos recabados por ABC de la Junta Islámica, el Instituto Nacional de Estadística y la propia Junta de Andalucía.

Aunque las estimaciones oficiales hablan de un cuarto de millón de seguidores de Alá residentes en tierras andaluzas, lo cierto es que la cifra prácticamente se duplica si se tiene en cuenta la inmigración ilegal, así como las personas que llegan a la costa (principalmente a las provincias de Huelva, Cádiz y Almería) para trabajar como temporeros en la recogida de la fresa y el tomate.

El cinco por ciento del total

Teniendo en cuenta que la población de Andalucía rebasa los ocho millones de habitantes, se puede deducir que la población musulmana que vive en esta región supone algo más de un cinco por ciento del total.

Una cifra muy superior al conjunto nacional y cuya primacía se debe, entre otras cuestiones, a la cercanía con el Estrecho, así como a un clima favorable, sin desdeñar el componente religioso y espiritual de la región como memoria de Al – Andalus y la dominación musulmana de la Península. En su mayor parte, se trata de marroquíes, argelinos y subsaharianos.

Del mismo modo, Andalucía es la región que cuenta con mayor número de mezquitas o lugares de oración. Según datos facilitados por la Junta Islámica, contrastados con los aparecidos en el Registro de Entidades Religiosas del Ministerio de Justicia, este territorio alberga un total de 83 comunidades islámicas.

No obstante, el número de mezquitas reconocido supera las doscientas, la mayor parte de ellas en situación de alegalidad y situadas en garajes, pequeños locales y pisos alquilados. Desde la Junta Islámica se ha solicitado, varias veces, la elaboración de un registro de este tipo de centros, aunque las autoridades no han aceptado los proyectos presentados.

Las provincias que registran un mayor número de comunidades islámicas (registradas como tales) son las de Almería (21), Málaga y Granada (15). En Almería, debido a la implantación de la inmigración temporera, mientras que en la ciudad de Boabdil se ha incrementado en los últimos años el número de congregaciones gracias a fuertes inversiones (en su mayor parte procedentes del Golfo Pérsico), como la que hizo posible, hace unos años, la creación de la Gran Mezquita de Granada, la primera desde la expulsión de los musulmanes en 1492.

Por su parte, en Málaga funcionan tres grandes mezquitas: en la capital, en Fuengirola y en Marbella, así como una docena de pequeños centros. No obstante, los responsables islámicos de la zona ya han planteado a la Junta de Andalucía la «urgencia» por construir al menos otra docena de templos en la provincia. Sevilla y Cádiz cuentan con diez comunidades islámicas reconocidas cada una, aunque la población musulmana registrada en la zona del Estrecho supera, con mucho, a la de la capital hispalense. En Sevilla, al igual que en Córdoba, la presencia musulmana es muy minoritaria.

No sucede así en ciudades como La Línea de la Concepción o Jerez, donde las comunidades islámicas han crecido sobremanera en los últimos años. Algo parecido se produce en la provincia de Huelva, donde persisten siete comunidades registradas, aunque el flujo de inmigrantes musulmanes es abundante, sobre todo durante la recogida de la fresa.

Finalmente, Córdoba (con tres comunidades, entre ellas la sede de la Junta Islámica, en Almodóvar del Río), y Jaén (dos), son las provincias con menos presencia islámica.