ENRIQUE FIGUEREDO – BARCELONA
Los Mossos d´Esquadra hicieron ayer balance de la larga operación antidroga desarrollada en las comarcas del Vallès y el Maresme y aprovecharon para alertar sobre el fenómeno de la “tendencia a la asociación de grupos internacionales” en Catalunya.

Tal y como ha informado en las últimas semanas La Vanguardia,la policía autonómica catalana ha desmantelado una importante organización de traficantes de hachís que trabajaba en colaboración con un grupo criminal de origen moldavo. Los investigadores destacan la gravedad de que en Catalunya “se haya identificado por primera vez grupos criminales procedentes del Este de Europa y de Marruecos actuando de forma coordinada”, aunque entre los detenidos, advierte la nota oficial de la policía, haya también diversos ciudadanos españoles.

La primera fase de la operación se desarrolló en el Maresme, donde la organización consiguió desembarcar una tonelada y media de hachís en una playa entre Mataró y Llavaneres. La acción policial hizo que dejaran la potente lancha planeadora abandonada en la orilla. Los agentes recuperaron más tarde la droga cuando ya se encontraba dentro de una furgoneta de la organización.

Pero esta banda internacional mixta se dedicaba también al robo y tráfico de vehículos de lujo. En algunos casos, los coches servían para el traslado de los alijos y en otros para ser revendidos en Marruecos o el Este europeo. El grupo de origen moldavo utilizaba también los vehículos de alta gama en sus desplazamientos para llevar a cabo robos silenciosos en viviendas de diferentes puntos de la geografía catalana.

Los cálculos policiales señalan que la banda era capaz de robar una media de 50 coches al mes. En ocasiones, utilizaban el procedimiento denominado car jacking,es decir, abordar el vehículo con sus ocupantes dentro, obligarles a bajar de él amenazándoles con cualquier tipo de armas y acto seguido dejarlos en tierra y llevarse el coche.

En las diferentes fases de la investigación se ha detenido a 15 personas, entre las que se encuentran los máximos responsables de la organización. Se trata de los marroquíes Abdellah K., de 39 años, y Abdelkarim A., de 41, que en la actualidad se encuentran ingresados en prisión.