LUIS DE VEGA

SEVILLA. Eran entre las tres y las cuatro de la mañana de ayer cuando numerosos policías se desplegaron por los barrios de Nahda y Takadum de Rabat, en los que desde hace años se concentra gran parte de la colonia de subsaharianos que vive en la capital marroquí. Los agentes entraron de manera violenta en las casas y detuvieron a unas 250 personas de numerosas nacionalidades, según testimonios recogidos por ABC entre algunos de los arrestados y testigos de la operación. Entre ellos había también mujeres y niños.

El Gobierno informó a través de la agencia oficial Map de que han sido detenidos nueve «organizadores» y 238 «clandestinos originarios de países subsaharianos». Marruecos en paso obligado de los millares de personas que saltan a España desde el África negra.

Demandantes de asilo

Las mismas fuentes consultadas por ABC informaron sin embargo de la existencia de al menos una veintena de refugiados y demandantes de asilo ante el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur). Algunos de sus funcionarios intentaron impedir las detenciones en comisaría, pero los agentes negaron que entre los emigrantes hubiera personas con documentos de esta agencia de la ONU.

Desde primeras horas de la madrugada, media docena de autobuses trasladaban a los detenidos hacia la frontera de Argelia, adonde estaban llegando en la tarde de ayer. «Vamos en caravana, escoltados por vehículos de la Gendarmería y de la Policía», explicó a mediodía a través de un teléfono móvil un emigrante de la República Democrática del Congo cuando se encontraban a la altura de la ciudad de Taza. A pesar del amplio despliegue policial, una treintena de detenidos tuvieron que ser puestos de nuevo en libertad por la falta de plazas en los autobuses.

El paso fronterizo que se encuentra junto a la ciudad de Uxda lleva cerrado desde 1994, pero Rabat lo emplea con frecuencia para devolver a Argelia a los inmigrantes que consideren que han llegado al reino alauí por esa misma zona. No es la primera vez que desde distintas organizaciones de la sociedad civil marroquí y europea se denuncia la expulsión y el maltrato de refugiados por parte de Rabat.