Organizaciones latinas exigen hoy al gobierno del presidente George W. Bush que detenga las redadas contra inmigrantes indocumentados y cesen las deportaciones de esas personas.
La presidenta de la organización Pueblos sin Fronteras, Enma Lozano, manifestó la víspera que las autoridades estadounidenses continúan separando familias, la mayoría de ellas de origen latinoamericano.

Esos arrestos masivos causan la destrucción de núcleos familiares enteros, y ahora que se acercan las Navidades esa práctica debe cesar, denunció, por su parte, la presidenta de la Organización hispana Lulac, Rosa Rosales.
Durante los últimos días, más de mil 280 indocumentados resultaron detenidos en operaciones policiales en varios estados norteamericanos, bajo el argumento de violar disposiciones administrativas y poseer, muchos de ellos, identidades falsas.

También en estados como California se endurecieron las leyes contra indocumentados, las cuales incluyen prohibiciones como el acceso de los latinos a puestos laborales en empresas.

Los ejecutivos de esos centros que violen lo establecido pueden ser condenados a pagar fuertes multas e incluso penas de prisión.

Rosales calificó la actual ola de violencia contra las personas sin papeles en Estados Unidos como una situación alarmante, que se equipara a las persecuciones y maltratos vividas por los judíos en la Alemania de Adolf Hitler.
Por otro lado, Juan Alvarez, líder de la Organización Latinoamericana Pro-derecho del Inmigrante, consideró que agentes golpean a las personas sin papeles y los deportan para que no puedan denunciar los desmanes que se cometen a diario contra ellos.

También advirtió que los apresamientos son absurdos porque los uniformados sólo detienen a los indocumentados y ni siquiera citan a los empleadores, los cuales incurren en un delito federal al contratar a ilegales.

Representantes de la Organización Pueblos Sin Fronteras realizaron en las últimas horas marchas de protesta para que frenen las expulsiones contra los padres de menores.
Defensores de los inmigrantes exigieron en octubre último al gobierno parar esas acciones deshumanizadas, ya que éstas afectan a casi tres millones de menores ciudadanos estadounidenses.

En los próximos días realizaremos marchas frente a edificios federales para protestar por el trato despectivo que las autoridades dan a los hispanos detenidos, indicó en un comunicado la Organización Latinoamericana Pro-derecho del Inmigrante.

Los manifestantes exigirán la liberación de los indocumentados arrestados en los últimos días en establecimientos de alimentos y otros lugares de Estados Unidos.