Para tener mayor control sobre el flujo migratorio en la frontera sur, el Instituto Nacional de Migración de México extenderá la “forma migratoria para trabajador fronterizo” a jornaleros y empleadas domésticas guatemaltecos que laboran en los pueblos de Chiapas.Se calcula que son más de 30 mil.

A partir del próximo año, los guatemaltecos que cruzan la frontera para trabajar en el estado de Chiapas contarán con una credencial personal para permanecer en territorio mexicano. Ese permiso será extendido, también, a los hijos de los trabajadores.

El primer paso dado por las autoridades mexicanas fue la instalación de la Casa Roja, una oficina que atenderá a visitantes y trabajadores guatemaltecos que deseen cruzar la frontera hasta los pueblos del sur de Chiapas.

La Casa Roja está ubicada en la frontera de Talismán, que colinda con la de El Carmen, San Marcos.

Según las autoridades de Migración, Talismán es uno de los puntos más dinámicos de la frontera con Guatemala, ya que más del 50 por ciento de los registros migratorios de ingresos documentados se realizan en ese lugar.

Otras delegaciones

Marta Altolaguirre, viceministra de Relaciones Exteriores, comentó que la apertura de la Casa Roja es parte de los convenios binacionales para tener una secuencia y control más efectivo de los trabajadores fronterizos.

Agregó que ese centro contará con delegaciones de Asuntos Consulares de Guatemala y del Ministerio de Trabajo.

Los delegados coordinarán acciones y verificarán que los derechos laborales de los jornaleros y empleadas domésticas sean respetados en el vecino país.

Datos migratorios señalan que entre 30 mil y 40 mil guatemaltecos trabajan en las fincas del estado de Chiapas. Son contratados en el parque de Tecún Umán y en la frontera El Carmen por personal que envían los propietarios de fincas de café, papaya, banano y caña.

El propietario de la finca debe responsabilizarse por el grupo de jornaleros que contrata, luego de un trámite con las autoridades de Trabajo de Guatemala y de Migración de México.

Otro buen número de connacionales trabaja en albañilería y tareas domésticas, y cobran unos Q47 diarios, con derecho a comida y vivienda.

Los trabajadores son originarios de San Marcos, Quetzaltenango, Huehuetenango y Retalhuleu, y cruzan la frontera debido a que no encuentran trabajos estables en Guatemala.

El auge de la migración de guatemaltecos al sur de Chiapas comenzó a finales de la década pasada, tras el cierre de fincas de la zona luego de la caída de los precios del café.