Las parroquias españolas se revitalizan con la integración de inmigrantes

La fe se revela como elemento de cohesión y las iglesias trabajan en la

La Razón, 20-12-2006

MADRID. - Los bongos y xilófonos suenan con la guitarra española, en
ocasiones incluso acompañando danzas africanas . La española Virgen del
Pilar se yergue junto a la Virgen del Cisne, patrona de Ecuador. Mientras,
los inmigrantes de la parroquia valenciana de San Dionisio quieren
aprender a tocar la guitarra y los novios piden a un coro de fieles
procedentes de Guinea Ecuatorial que canten en su boda, en la parroquia de
Nuestra Señora de Monteolivete. Los musulmanes preguntan para qué sirven
el sagrario o el altar en la misa y concluyen, al conocer los principios
del cristianismo, que «no hay tantas diferencias» con el islam.
   Las fuertes corrientes migratorias de estos tiempos plantean un nuevo reto
a la Iglesia: articular los mecanismos de integración necesarios para esta
nueva realidad social. El mensaje de la Conferencia Episcopal a través de
su Comisión de Migraciones llama a «acoger a toda persona, cualquiera que
sea su pueblo o nación de pertenencia». Por otro lado y fruto de este
esfuerzo, la religión católica aparece como elemento de integración social
de los inmigrantes . Así, «la presencia de personas de otras religiones y
muy especialmente del islam entre nosotros ha de ser considerada como una
interpelación y una invitación al diálogo interreligioso y una oportunidad
para el mismo».
   Una gran alegría
   Los
«nuevos cristianos» son mayoritariamente latinoamericanos y polacos. Han
llegado a España con su fe y poco más. Ellos mismos ponen de manifiesto
que «la religión es un elemento muy importante de integración», como
explica Emilio Regules, párroco de la iglesia de San Lorenzo, en Madrid.
   Desde septiembre de 2005 el templo alberga una imagen de la Virgen del
Cisne, patrona de Ecuador, que el propio párroco encargó al obispo de
Loja, en el mismo país, con el fin de dar respuesta a los deseos de los
que él llama «nuevos cristianos» que acuden a su iglesia. Hoy esta
experiencia se traduce en una «alegría inmensa» para esta comunidad, que
ha visto revitalizarse su actividad. En esta parroquia se pone de
manifiesto la necesidad de tener esa actitud activa de acogida a la que
exhorta el Mensaje de los Obispos.
   Emilio Regules afirma que «para
los inmigrantes no es suficiente que haya una iglesia esperándolos con sus
puertas abiertas, porque no van a entrar. Es necesario llamarlos a ella».
Precisamente efecto llamada fue el que tuvo la colocación de la Virgen del
Cisne, también llamada Churona, en la parroquia de San Lorenzo, donde se
mezclan hasta 25 nacionalidades diferentes. Regules afirma que se trata
«no de culturas diferentes, sino de una misma fe con formas de expresarse
distintas» y es ese elemento común el que «posibilita la convivencia, que
es el primer paso para la integración». No queremos uniformidad, pero sí
entendimiento y respeto». A su parroquia acuden incluso musulmanes. Buscan
acogida, orientación o formación, que se ofrece a inmigrantes de todo el
mundo en el Centro de Encuentro e Integración San Lorenzo de Lavapiés.
Tras conocer los detalles de los ritos católicos, los extranjeros de
religión musulmana afirman que «no hay tantas diferencias» con sus
creencias, cuenta el párroco, «ellos no se encontraban en un mundo
extraño», lo que pone de manifiesto que «la convivencia entre distintas
religiones es posible».
   Todos satisfechos
   Y es que los inmigrantes llegan a España con muy diversas necesidades.
Demandan ayuda para aprender el idioma o para conseguir papeles, pero
también para adaptarse. Lo curioso es que adquieren costumbres nuevas al
mismo tiempo que transmiten las propias. En Nuestra Señora de Monteolivete
(Valencia), un grupo de guineanos toca, durante la eucaristía,
instrumentos de su tierra, como los bongos, para interpretar las canciones
tradicionales de España. Según el párroco, Juan Amengual, «a la feligresía
le gusta mucho, hasta el punto de que algunas parejas de novios les han
pedido ya que canten en sus bodas». La parroquia de San Dionisio ha
organizado cursos de guitarra «para que los hispanoamericanos puedan
interpretar los cantos de sus países en las misas», explica el
vicarioVicent Pons.
   Son sólo ejemplos de sectores sociales que se
abren a una realidad. Iglesias cosmopolitas reavivadas con la llegada de
los nuevos cristianos y que van adaptando sus costumbres y tradiciones. El
párroco de San Lorenzo reconoce que al principio había recelos entre
algunos fieles, «sin embargo, hoy todos están satisfechos. Dicen que hay
más gente y yo digo sí, hay más cristianos. Fue un esfuerzo traer aquí
la Churona, pero todo esto que tenemos hoy yo creo que es un milagro de la
Virgen».
   

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