CRUZ MORCILLO

MADRID. A falta de datos oficiales sobre la renovación de permisos de residencia y trabajo de los inmigrantes que accedieron a la regularización extraordinaria de 2005, el Consejo General de la Abogacía (CGAE) proporcionó ayer algunas cifras oficiosas sobre el proceso. Un quince por ciento de quienes lograron sus papeles (unos 570.000) no han podido renovarlos (el primer permiso tiene vigencia de un año) debido a «los criterios restrictivos» fijados por el Reglamento de Extranjería – quien aspira a renovar debe haber trabajado al menos seis meses en el empleo para el que le fue concedida la autorización – .

Este «atasco» y esta «irregularidad sobrevenida» fue denunciada por el presidente de la subcomisión de Inmigración de la Abogacía, Pascual Aguelo, quien aclaró que la mayoría de los perjudicados, cerca de 90.000 en toda España, han vuelto a la normalidad reconducidos por la vía del arraigo social (se obtiene con tres años de residencia).

Aguelo recordó que se ha pedido a los inmigrantes una estabilidad en el empleo de la que carecen los españoles y describió ejemplos insólitos como el de un limpiador de ventanas que debía seguir en ese puesto o un planchista (encargado de la plancha en un restaurante o similar).

Los datos fueron proporcionados durante la presentación de un estudio de la Abogacía en el que se toma el pulso sobre inmigración. Algunas de las conclusiones de ese sondeo, elaborado por Metroscopia, son que el 80 por ciento de los ciudadanos defienden que los inmigrantes (sean regulares o no)tengan asistencia jurídica gratuita. Llama la atención que aunque esta asistencia se presta desde el año 2003, dos de cada tres españoles no lo sabían. Un 42 por ciento opina que las autoridades españolas están actuando de forma demasiado permisiva frente a la inmigración irregular y dos de cada tres entrevistados cree que sólo los legales deberían tener los mismos derechos y obligaciones que los españoles.

El presidente de la Abogacía, Carlos Carnicer, admitió que «la asistencia jurídica posible en este momento no nos satisface, pero ha habido avances importantes». Carnicer se refería así a la situación en zonas como Canarias, Ceuta o Melilla o la frontera con Francia.