De la tienda del barrio al 'todo a cien'

El Mundo, 20-12-2006

El 56% de los comercios tradicionales está regentado por inmigrantes Adiós a la tienda del barrio, good – bye al bazar de la esquina, au revoir al tradicional comercio de ultramarinos. Pasen y vean. En las nuevas tiendas ya no atiende la sempiterna Amparo tras el mostrador, sino Soong Chu – yu; Diego, de 70 años, también tiró la toalla y ahora Edward Nelson ocupa su lugar con un locutorio; y Jorge, el tendero, cedió el testigo al restaurante paquistaní de Rashid Khan.


Y es que en la España multicultural del siglo XXI, el 56% de los comercios tradicionales ya está en manos de los inmigrantes . Chinos, paquistaníes, coreanos, filipinos y latinos se reparten 16.000 establecimientos, según el primer anuario de la Comunicación del Inmigrante en España, presentado ayer en Madrid.


El estudio pone de manifiesto que la llegada de la inmigración ha puesto patas arriba el pequeño comercio tradicional, y para comprobarlo no hay más que darse un paseo por el castizo barrio de Lavapiés convertido ahora en un cruce entre Chinatown y Bollywood. Los bazares de toda la vida han dado paso a las tiendas de todo a cien que, tras la instauración del euro, se transformaron en las denominadas tiendas de chinos, a secas. El colectivo oriental no sólo no ha pasado a controlar los comercios tradicionales, sino que también está acaparando la distribución de los productos que comercializa.


El anuario también destaca que esta situación está provocando un cierto rechazo entre la población española. Según denuncia Ana Lapeña, mediadora vecinal en Madrid, los comerciantes autóctonos acusan a los chinos de competencia desleal, dudan del origen del capital invertido y se quejan de los prolongados horarios de apertura (de 8 a 12 horas) porque van en perjuicio de la calidad de vida y de los derechos de los empleados.


Los inmigrantes que vienen a trabajar a nuestro país se están convirtiendo en importantes clientes para el mercado y ya acaparan el 10% del consumo privado. El anuario desmonta, además, un tópico bastante generalizado: el ciudadano foráneo no sólo no consume menos, sino que demanda tanto o más que el cliente nacional. Y, como botón de muestra, las cifras son reveladoras: los extranjeros gastan al año 1.500 millones de euros en telecomunicaciones y 4.000 en la cesta de la compra. Además, en 2006, habrán adquirido 140.000 viviendas y alrededor de 400.000 coches de segunda mano.


Las nuevas tecnologías son otro de los productos más deseados por el consumidor foráneo. De hecho, su acceso al teléfono móvil es espectacular: nueve de cada 10 inmigrantes tienen uno en su poder. El ordenador se empieza a introducir en sus viviendas y ya está en las casas de uno de cada cuatro extranjeros. De ellos, un 16% tiene acceso a internet, mientras que un 36% es dueño de un coche.


Por no hablar del flujo de las remesas de dinero que mandan a sus países de origen, que en 2006 aumentaron un 30% con respecto al año anterior. El Banco de España cifró en 1.756 millones de euros las cantidades enviadas durante el primer cuatrimestre de este año.

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