Muros de hormigón (Juan Ignacio Álvarez Alberto)
El Día, 19-12-2006LA ÚLTIMA VISITA de don José Luis Rodríguez Zapatero a Senegal nos trajo varios mensajes respecto a cómo este Gobierno está resolviendo el tema de la inmigración ilegal. Difícil es que “un petudo se vea su propia peta” versión canaria de que ningún jorobado se ve su propia joroba. Porque sería necesario que fueran capaces de reconocer la cantidad de errores que han cometido y siguen cometiendo en materia de inmigración.
Dicho esto, la visita del presidente del Gobierno sirvió para comprobar, una vez más, en qué mundo viven a pocos kilómetros de nuestras islas. Primero, Zapatero fue recibido con la bandera preconstitucional y al revés en el palacio presidencial de Senegal; luego le dijeron que no firmaban hasta febrero un tratado de extradición para todos cuantos han llegado, llegan y llegarán a Canarias y que sólo lo harían si el presidente Wade, que juega a dos barajas: una española y otra francesa, ganaba las próximas elecciones senegalesas, prometiendo, eso sí, colocar en la próxima visita la bandera como Dios manda. Sólo se consiguió firmar un tratado de repatriación de menores no acompañados, del cual estamos esperando los efectos, y ver cómo los casi novecientos chicos que tenemos en Canarias son enviados de vuelta a sus casas de las cuales nunca debieron salir. Siendo esta situación creada con los menores algo más que kafkiana, pues o vivimos en un espacio temporal de distintos siglos en Senegal y aquí, o la realidad es muy compleja y no acertamos a ver que allí parecen actuar como si estuvieran en el siglo XVIII de nuestra era. Porque, vamos a ver, ¿a qué padre o madre de nuestras Islas, en los tiempos en que estamos, se le ocurriría enviar a sus hijos en una patera y cayuco, solos y sin acompañar, a la inmensidad del océano, para que se ahoguen? ¿De qué padres y madres estamos hablando, que les importa un comino la vida física de sus hijos? Definitivamente, este Senegal pro francés cuando le interesa tiene que estar todavía en el período de los Reyes Católicos, pues no se comprende que después de todo un verano llegando todos estos niños y no tan niños sea ahora, en diciembre, cuando se dan cuenta de que tienen que ser devueltos.
En Francia, el señor Sarkozy ha dicho que durante este año que termina se ha rebajado un 2,5% el número de inmigrantes ilegales. Lógicamente porque los que allí faltan ahora están en España y sin ser repatriados por decisión unilateral de Senegal.
Hay tantas cosas mal hechas en materia de inmigración por parte del Gobierno de la nación que se percibe que actúa como un gobierno en minoría, accidental, provisional, sin ideas, sin planes para mejoría de calidad de vida, en definitiva, de un Gobierno que comienza a hacer aguas y se limita a poner parches aquí y allá, como un galgo que corre agotado y con la lengua fuera, que cuando desde la ciudadanía se les aconseja cerrar el grifo de El Dorado y endurecer la Ley de Extranjería y Repatriación, aplicar sin trucos la Ley de Empadronamiento en toda España y controlar o establecer normas contra los matrimonios de conveniencia, que sólo persiguen conseguir de manera espúrea la nacionalidad española y comunitaria, prefieren mirar para otro lado y comenzar con la cantinela de los rollos urbanísticos, en vez de crear más viviendas de protección oficial y con más metros cuadrados y dejarse de tanta nimiedad y de “Desmemoria Histórica”, que sólo existe en algunas mentes, especialmente en la de don Alfonso Guerra, creador de dicha perla en 2002 para fastidiar y abrir boquetes donde sólo existían muros de hormigón.
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