EL preso de 23 años Abdel Karim El Ddah internado en la cárcel de Martutene, de origen saharaui y que cumplía una condena de dos años por un delito de lesiones, apareció colgado el pasado sábado en su celda de esta prisión donostiarra, informó ayer Instituciones Penitenciarias. Según Salhaketa, este joven estaba a la espera de que se aceptara su expulsión a los campos de refugiados de Tinduf como pena sustitutiva a la prisión en aplicación del Código Penal.

Instituciones Penitenciarias informó que el fallecido, tenía «algún antecedente de intento de suicidio» y se encontraba en tratamiento, ya que padecía algún «problema psiquiátrico», por lo que compartía celda con otro interno, quien no se enteró de lo sucedido al estar «completamente dormido».

Los hechos sucedieron el pasado sábado, hacia las 16.40 horas, cuando un funcionario abrió la celda que compartían ambos presos y encontró a uno de ellos dormido y al otro colgado con un trozo de sábana de unos barrotes. El funcionario intentó sin éxito reanimar al interno colgado, mientras se avisaba a un médico, sin que se pudiera hacer nada por salvarle la vida. SOS Racismo y Salhaketa firmaron ayer un comunicado conjunto en el que lamentaron no sólo la muerte del recluso, sino las circunstancias en las que se ha producido. «El caso de Abdel es otra crónica de una muerte anunciada. No podemos olvidar que tenemos constancia de la existencia de 22 personas muertas durante los dos últimos años en los centros penitenciarios ubicados en la CAV y Navarra».

Por su parte, ELA exigió ayer que realicen «las actuaciones rigurosas y oportunas» que determinen las circunstancias de este fallecimiento. Asimismo, el diputado Emilio Olabarria anunció ayer que el PNV pedirá la comparecencia urgente de la directora de Instituciones Penitenciarias.