Miles de pasajeros tienen que viajar a sus países de origen para visitar a su familia, pasar las vacaciones o regresar al trabajo Cada día, desde el pasado viernes, miles de viajeros se preguntan si la compañía aérea Air Madrid pensó en ellos y en sus historias, su necesidad de viajar y sus esperanzas cuando decidió cerrar y suspender todos sus vuelos.

Quien no está ilusionado en pasar la Navidad junto a su familia, tiene que volver a trabajar o ansía ver a un familiar enfermo por última vez. La tónica general entre los pasajeros latinoamericanos es que llevan ahorrando mucho tiempo para comprarse un pasaje de ida y vuelta a su país natal, adquirido hace meses, y que ahora no se pueden permitir comprar un nuevo billete. O que se han quedado varados en España, para ellos una tierra de nadie, a medio camino entre adonde van y de donde vienen, sin vuelos de conexión posibles.

El de Jannia Martínez es uno de esos casos «desesperados». Hace seis años que no pisa su país (Ecuador) y este invierno planeaba visitar, al fin, a su familia. En especial a su madre, enferma de cáncer y a la que podría ver por «última vez», suponiendo que pudiera volar mañana, como tenía previsto. Su billete, comprado hace dos meses por 830 euros, fija la vuelta desde Guayaquil para el 13 de febrero. Pero ahora… «nadie nos contesta al teléfono, estoy desesperada, he venido al aeropuerto a averiguar qué pasa», dice al borde de las lágrimas.

Por un lado, Jannia no puede pagar otro billete… y, por otro, teme llegar demasiado tarde y no poder despedirse de su madre.

La madre de Graciela Elena Wagner también está «muy enferma» y la «necesita ya». Esta argentina está en España visitando a su hijo, afincado en Madrid, y ayer se acercó hasta las oficinas de Air Madrid de la Terminal 1 del aeropuerto de Barajas, cerradas desde el pasado viernes, donde hay un cartel que les deriva a la Sala Turmalina.

«Todo es incierto», se lamenta, «no tengo dinero para comprar otro billete, en Aena me han dicho que vaya al Ministerio de Fomento o a Consumo… te arruinan las vacaciones», continúa, «yo ahora tendría que estar visitando algún lugar bonito de Madrid en lugar de estar intranquila en el aeropuerto». ¿Podrá volar el 11 de enero a Buenos Aires?

Como ellas, miles de personas – argentinos, ecuatorianos, mexicanos, colombianos, uruguayos, chilenos, paraguayos, costarricenses, brasileños y un largo etéctera en Latinoamérica y en varios países europeos – necesitan una solución pero no obtienen ninguna respuesta. La información que reciben es escasa y a veces contradictoria.

A Ecuador necesita viajar mañana Daisy Guillem. Desde la agencia de viajes donde en febrero adquirió el pasaje le han mandado al aeropuerto. Quiere poner una denuncia, pero preferiría continuar «ilusionada por pasar la Navidad en mi país y ver a mi familia». Daisy tenía «esperanza, pero ya no hay nada que hacer», dice con tristeza.

Varados en España

Sabina y Shanti son dos suizas que intentan averiguar cómo llegar hasta su país, tras haber recurrido a un vuelo alternativo desde Buenos Aires hasta Madrid, porque sus vuelos con Air Madrid no salen desde ningún aeropuerto. Si compran un nuevo pasaje hasta Suiza habrán invertido más de 2.000 euros cada una, cuando sólo tenían que haber abonado los 800 euros del billete de Air Madrid. Para ir a Buenos Aires ya sufrieron 40 horas de retraso.

«Fui a la agencia de viajes y me dijeron que los de Air Madrid estaban ’escondidos’», denuncia Pedro Pablo Sandoval, que hace seis meses se hizo con un billete para visitar en Quito (Ecuador) a los familiares que no ve desde hace cuatro años.

Pedro Pablo pondrá una reclamación contra la compañía. Mientras que en Barajas ya se han recibido más de 1.600 reclamaciones, la Agencia Catalana del Consumo (ACC) se ha hecho eco de 405 quejas, y en el aeropuerto barcelonés de El Prat se efectuaron otras 292 durante el pasado fin de semana.

«Arruinamos nuestro último día de viaje»

MADRID. – Las vacaciones en París de Gloria Segura y su marido se truncaron al tener que comprar otro billete para volver a Madrid. «Arruinamos nuestro último día de viaje», pensando cómo regresar a Chile. «Es imposible y terrible». Con tal de viajar ahora, se conforman con un retraso de 30 horas, como el de la ida con Air Madrid.

«Se llenaron los bolsillos ¿y ahora?»

MADRID. – La cara de Euvin es la de la resignación tras el peregrinaje, con menos resquicios de esperanza tras cada parada. Desde las siete de la mañana de ayer, hasta pasada la una de la tarde, este peruano de Lima pasó por el Ministerio de Fomento, el Instituto Nacional de Consumo, el mostrador de información de Aena del aeropuerto de Madrid – Barajas y las oficinas cerradas de Air Madrid, en la terminal 1 del mismo aeródromo. De un lugar le mandaban al siguiente y en ninguno sacó nada en claro, excepto un librito con teléfonos, una hoja de reclamaciones y un «¡suerte!» para asimilar la situación y armarse de paciencia.

Hace dos años que no ve Perú y ahora sus planes de viajar junto a su mujer se tambalean por las turbulencias de Air Madrid. «Compraré otro pasaje pero no entiendo por qué no hay una solución. Se llenaron los bolsillos… ¿y la gente qué?».

«Tengo que volver a mi país como sea»

MADRID. – Esta colombiana no tiene un sólo vuelo de ida y vuelta con Air Madrid sino que tiene dos. Vino desde Bogotá a Tenerife, haciendo escala en la capital, para visitar a su padre, enfermo de parkinson, que ayer la acompañaba a obtener algo de información en el aeropuerto de Madrid – Barajas. Ella es uno de los miles de viajeros que han visto detenido en España su trayecto.

Para este desplazamiento ya ha invertido una buena suma de dinero: 145 euros por la ida y vuelta entre Madrid y Tenerife, y unos 700 euros por llegar desde Colombia… y volver, algo que no tiene claro que ocurra el próximo 12 de enero. «Ahora me encuentro con que no tengo ticket de regreso, me piden 1.500 euros por un billete de vuelta en otra compañía y no lo voy a pagar». Pero, además del problema económico, está el del trabajo: «Tengo que regresar a mi país como sea».

«Mi mujer quiere ver a su familia»

MADRID. – Entre junio y julio del año que viene, Javier Chapela – en primer plano, con un gorro naranja – y su mujer piensan ir a México porque hace ya dos años que ella no visita a su familia. «Quiero que me devuelvan el dinero», dice él indignado. A finales de octubre, Javier pagó 1.300 euros por dos pasajes de ida y vuelta, y ayer acudió al aeropuerto a informarse, «a saber dónde puedo reclamar».

Este español no contempla ninguna otra posibilidad que exigir la devolución íntegra del importe: «No quiero ningún vuelo alternativo, ya no me fío de Air Madrid». Todavía quedan unos meses para viajar a México, el país natal de su mujer, pero Javier está invadido por las dudas sobre ese viaje. «Hasta que no me devuelvan el dinero no me puedo permitir comprar otros billetes», que al ser dos supondrían un mayor desembolso.