"El Universo" ECUADOR: "Ecuatorianos sin resignarse a no viajar"

Prensa Latinoamericana, 18-12-2006

Patricia Villarruel, para EL UNIVERSO | MADRID

Detrás del sinfín de hojas de reclamaciones que circulan entre los operarios del madrileño aeropuerto de Barajas predominan unos rostros: los de cientos de ecuatorianos que invirtieron sus ahorros de varios meses para embarcarse en un vuelo que les permita compartir las fiestas navideñas con sus familiares en Ecuador, atender a padres enfermos o abrazar a unos hijos que no veían en años.

Xavier Mora, inmigrante peón de la construcción, retrasó su viaje a diciembre del 2006, porque en el 2005 no alcanzó a reunir los 4.500 euros (5.850 dólares) “para los billetes de toda la familia”. “El dinero lo juntamos de a poco. Guardábamos 200 euros (260 dólares) mensuales. Jamás nos imaginamos que ocurriría esto”, se lamentaba el sábado el ecuatoriano oriundo de Santo Domingo de los Colorados. Sus hijos no conocerán todavía a esos abuelos cuyas voces escuchan por teléfono.

La quiteña Gladis Alcócer abandonó Zaragoza la madrugada del sábado. A las 07:00 arribó a Barajas atiborrada de maletas y una frase martilleando en su cabeza: “¿Mami, vamos a poder viajar?”. Sí, les respondía ella a sus pequeños. “Es que nos tienen que dar una solución, no nos van a dejar así”, repetía mientras le informaban que debía volver a casa, con sus maletas y la tristeza dibujada en el rostro de Henry y las lágrimas esmaltando los ojos de Paola. “Pedimos permiso en el colegio para quedarnos hasta el 20 de enero en Quito y yo reservé mis vacaciones para estas fechas porque a ellos les daba ilusión volver a Ecuador. No queremos que nos reembolsen el dinero, queremos volar”.

Un avión que debía salir de la capital española con pasajeros afectados rumbo a Fortaleza y Buenos Aires fue cancelado ayer porque solo acudieron doce personas. El aparato volará, previsiblemente, hacia Ecuador en las próximas horas.

El traslado se producirá con preferencia a los pasajeros que hasta el próximo jueves realicen un viaje de regreso; quienes dispongan de un billete de ida y, por último, los casos con necesidades especiales (con niños, enfermos…).

El resto, si quedan asientos libres y firmando una declaración que exonera de responsabilidad a la administración sobre la vuelta.

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