CRISIS DE UNA AEROLÍNEA | LA SITUACIÓN EN LAS TERMINALES
Clamor ecuatoriano en El Prat
Medio centenar de inmigrantes se resisten a abandonar el aeropuerto de BCN, pese a no haber podido viajar ayer. Fomento y Aena habilitan una oficina para atender reclamaciones junto a la estación del tren.
El Periodico, 18-12-2006MANUEL CABELLO
EL PRAT DE LLOBREGAT
Resistir hasta volar. Esa es la consigna que tiene un grupo de medio centenar de ecuatorianos que ayer no pudieron viajar en el vuelo de Air Madrid con destino a Guayaquil (Ecuador) y que no salió, como no lo ha hecho ningún otro de esa compañía, desde que el viernes suspendiera las actividades. Se han instalado en medio de la terminal A, sentados sobre las maletas o en el suelo, y aseguran que no se moverán hasta que “alguien” les facilite un vuelo a su país.
Durante su estancia no paran de darle vueltas a la cabeza. “Es como una pesadilla”, asegura una afectada. Por un lado, son muchos los sacrificios realizados durante meses, e incluso años, para poder pagar unos billetes de avión a su país. “La mayoría hemos pagado 1.150 euros por pasaje, así que aunque digan que Air Madrid era una low cost tenía poco de línea barata”, decía Vicenta Moreira, una de las portavoces del amplio grupo.
Esta ecuatoriana no está directamente afectada. “Es mi madre la que debía viajar el día 24, pero yo estoy aquí por solidaridad. No hay derecho a lo que han hecho. Somos personas. El mayor sueño de toda esta gente era poder pasar las Navidades con sus familias y ahora ven como esos sueños se han esfumado”, lamentaba.
Esta joven es interrumpida por el resto de afectados quienes al grito de “queremos viajar” reclaman sus derechos y la atención de los medios de comunicación “porque si no en unos días pasaremos al olvido”. A lo largo del día se suceden los momentos de abatimiento con otros más euforizantes en los que, llevados por la rabia y la indignación, los afectados idean todo tipo de protestas.
Pancartas caseras
Varias hojas en blanco, unidas por cinta de embalar, y un bolígrafo sirven para crear una pancarta de protesta contra los responsables de Air Madrid y contra las autoridades. Tampoco se salvan de las quejas los representantes ecuatorianos en España. “Ningún representantes de la embajada ecuatoriana en España ni del consulado en Barcelona se ha preocupado por nosotros”, denuncia Isabel Suárez, una mujer que viajaba a su país a pasar la Navidad con sus hijos.
Ayer por la mañana, sobre las seis, el grupo fue conducido hasta una sala que el Ministerio de Fomento y AENA han habilitado en un edificio junto a la estación de tren. Allí volvieron a pedirles los datos y les informaron de que se estudiará caso por caso para ver quien responde al perfil que exige la Administración para facilitarle un vuelo prioritario. El personal también les pidió un número de teléfono y les dijeron aquello de “ya le llamaremos”.
Cortes de accesos
Descontentos con la respuesta recibida, y sin solución inmediata al problema, los ecuatorianos regresaron a la terminal y maquinaron una serie de movilizaciones. Primero intentaron cortar la carretera que pasa por delante de las terminales. Más tarde se colocaron delante de la escalera que da acceso al control de embarques para impedir el paso al resto de pasajeros. Una numerosa dotación de Mossos d’Esquadra (con varias furgonetas antidisturbios aparcadas frente a la terminal) impidió las protestas.
Viendo el escaso éxito de sus protestas, animaban a todos los afectados a movilizarse. “Tanto si hay 130.000 afectados como 300.000 deberíamos estar todos en el aeropuerto. Solo montando un gran pollo nos escucharán”, suplicaba Montserrat Martínez. Esta catalana está casada con un argentino y viven medio año en cada país. Ahora están separados por el Atlántico y por la crisis de Air Madrid. Su pareja no puede salir de Argentina y Montserrat, que tenía billete junto a su marido para el 15 de enero, tampoco sabe cuándo podrá reunirse con él.
La oficina de Air Madrid en El Prat, que sigue cerrada desde el viernes sin que nadie haya dado la cara ante los pasajeros, está empapelada con escritos de protesta de los pasajeros. Llama la atención también un folio de la Asociación de Usuarios del Transporte Público en el que esta entidad insta a los afectados a reclamar, tanto por la vía civil como penal, y de paso exigen la dimisión de la ministra de Fomento y del director general de Aviación Civil “por su ineficacia en este asunto”.
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