La saturación ya es historia en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI). Al menos por el momento. El centro del Jaral vuelve a estar por debajo de su capacidad, algo que no ocurría desde hace unos seis meses, según manifestaron a SUR fuentes oficiales.

El CETI acoge actualmente a alrededor de 490 inmigrantes, cuando tiene capacidad para 512 personas después de la ampliación realizada por el actual Gobierno. La explicación a esta situación de alivio hay que buscarla sobre todo en la política que está aplicando el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. El departamento que dirige Jesús Caldera ha agilizado las salidas de inmigrantes, una vez que la situación de Canarias ha mejorado con la llegada del invierno al descender el número de cayucos que arriban al archipiélago.

Algunos de los ‘sin papeles’ que han abandonado Ceuta han salido documentados y pasarán a formarse en los programas que algunas ONG, en colaboración con Trabajo, desarrollan en el territorio nacional, aunque la mayoría de los inmigrantes que ha dejado el CETI no han tenido tanta suerte y han sido simplemente enviados a la Península. Éste el caso de las decenas de ‘sin papeles’ procedentes de países asiáticos que han dejado el centro del Jaral. Estos inmigrantes no suelen pedir asilo político, por lo que no consiguen regularizar su situación en España. Pero al no haber convenios de extradición con sus países de origen no pueden ser repatriados. Su destino es el lugar de la Península que elijan, pero tendrán que empezar una nueva vida sin tener permiso de trabajo ni de residencia.

A esta nueva situación en la que se encuentra el CETI también ha contribuido el buen funcionamiento de la Oficina de Extranjería y las escasas y escalonadas entradas clandestinas de inmigrantes en la ciudad.