Córdoba, o Al-Andalus con petrodólares

ABC, 18-12-2006

POR FRANCISCO J. POYATO

CÓRDOBA. «Si la montaña no va a Mahoma, Mahoma irá a la montaña…». El interés del mundo islámico por recuperar Córdoba como símbolo de la hegemonía musulmana en Occidente lleva años rondando los portones de la ciudad, aunque se sigue encontrando las cerraduras clausuradas.

Conversos españoles con fondos saudíes pretenden rescatar el Califato Omeya a partir de un macroproyecto de mezquita en las proximidades de Medina Azahara, la ciudad palatina fundada por el califa Abderramán III en el año 976, a pocos kilómetros del casco urbano y sobre la falda de Sierra Morena. «La Meca europea».

Para discursos moderados (comunidades de españoles islámicos), o para los encendidos y radicales testimonios de los vídeos de Al – Qaida, Córdoba es más que un símbolo, por el momento, inaccesible; si bien, la persistencia de inversores de Arabia Saudí o Emiratos Árabes Unidos (donde impera la corriente salafista wahabista, más integrista) no cesa.

Mansur Escudero es el presidente de la Junta Islámica de España (integrada en el conglomerado de la Federación Española de Entidades Religiosas Islámicas), con sede en Almodóvar del Río, a escasos 20 kilómetros de Córdoba. En estos días, su lucha por que se abran las puertas de la Catedral cordobesa en la antigua Mezquita para el culto ecuménico ha saltado de nuevo a la palestra. Espoleando a la Conferencia Episcopal en un foro en el que participaba monseñor Ricardo Blázquez, éste no desechó el rezo individual en el monumento cordobés a preguntas del líder islámico, cuestión luego matizada.

«Nosotros no tenemos nada que ver con ese macroproyecto de mezquita para Córdoba con fondos saudíes. No es Arabia Saudí una referencia válida para nosotros, que preferimos mezquitas más modestas, con capital autóctono y apoyo de los ayuntamientos. Somos transparentes y nos desmarcamos de capital con condicionantes», dice Escudero a ABC.

Sin embargo, sí constata que desde que llegó a Córdoba hace una década han sido varias las ocasiones en las que estos inversores con sus intermediarios han contactado con él para gestionar la edificación de un espacio de culto. «He hecho las gestiones sólo por cortesía, pero no han prosperado».

Entre 1999 y 2000 sitúa una reunión con una delegación saudí y otra de Emiratos Árabes junto a la Diputación y el Ayuntamiento para buscar la cesión de suelo y promover una mezquita. La ribera del Guadalquivir, San Martín de Porres o Vistalegre fueron los emplazamientos estudiados entonces. «Escucharon, pero nada más».

Objetivo Medina Azahara

Desde entonces, los intentos por que el flujo de petrodólares rescaten la memoria de Al – Andalus en su perla más codiciada no han parado. Según ha podido saber ABC, entre 2003 y 2006 hay dos intentos «serios» por implantar una mezquita que sirva de catalizador a la cultura islámica en Europa.

A priori, y teniendo en cuenta que en la ciudad apenas hay censados un millar de vecinos que profesen culto al Corán, la presencia tangible en Córdoba del Islam se reduce a una modesta mezquita (Al Morabito) en un céntrico jardín y la sede de Junta Islámica Española en Almodóvar, que va a ampliarse. El proyecto pivota sobre una mezquita de hasta 200 personas, un restaurante (esta comunidad impulsa el Instituto Halal, encargado de que se fabriquen alimentos respetando las pautas de la cultura islámica) y un centro documental.

Con todo, el conjunto arqueológico de Medina Azahara (con 112 hectáreas de extensión) representa el vergel añorado, y es aquí donde se han centrado las dos últimas intentonas. Ya entre 1998 y 1999, una sociedad inversora española promovió en los terrenos de una antigua factoría de combustible, cercanos a la ciudad palatina, un centro de ocio y turismo que rescataba el espíritu andalusí: «Al Mansur».

«No recogíamos ninguna mezquita sino plasmar una novela histórica como un polo de actividad y economía, contando con el apoyo de algunas consejerías de la Junta, incluso; aunque fue la pugna política la que lo abortó», señala un portavoz de los promotores.

A partir de ahí, estos suelos (no urbanizables) adquieren cierto vigor en el Plan General de Ordenación Urbanística de la ciudad al permitirse su desarrollo bajo un plan especial para usos recreativos y lúdicos (nunca residenciales). Es entonces cuando el Ayuntamiento gobernado por la portavoz institucional de IU a nivel federal, Rosa Aguilar, recibe dos propuestas para levantar una mezquita en la zona.

Según las fuentes consultadas por este periódico, la primera pudo partir de los propios impulsores de «Al Mansur» que se hicieron eco de una oferta saudí. Corría el año 2003. En la segunda, hace apenas doce meses, un intermediario de estos inversores optó por adquirir una opción de compra sobre los citados suelos (para los que se buscaba una salida rentable) y elevó directamente al consistorio el propósito de alzar la «Meca europea» con petrodólares donde Abderramán III petrificó su inmenso poder. Mutis por el foro en el Ayuntamiento. «Estando Córdoba de por medio, siempre habrá intentos», sentencian desde el Ayuntamiento cordobés.

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