Cien desaparecidos tras volcar un cayuco en aguas de Senegal

El Mundo, 18-12-2006

Otros 25 inmigrantes fueron rescatados por pescadores de la zona La embarcación partió el 3 de diciembre y regresó por el mal tiempo Se los tragó el mar. La ruta desde el Africa Subsahariana hacia Canarias se va convirtiendo en un reguero de cadáveres. En esta ocasión fueron más de 100 inmigrantes los que desaparecieron este sábado en aguas de Senegal, mientras intentaban alcanzar las costas canarias a bordo de un cayuco.


Tan sólo 25 personas lograron sobrevivir al naufragio de la embarcación tras ser rescatados por unos pescadores que faenaban cerca de la ciudad senegalesa de San Luis.


La Marina de este país africano y los bomberos realizaron ayer intensas operaciones de búsqueda para lograr recuperar a los inmigrantes clandestinos desaparecidos, según informa France Presse.


Todos los rescatados el sábado ya han sido ingresados en el hospital de San Luis y se encuentran en «estado estacionario», según informó el médico jefe del centro, Demba Dieng. El médico aseguró que los inmigrantes llegaron fatigados y deshidratados y presentaban además un estado depresivo marcado por las alucinaciones. Sin embargo, a pesar del shock sufrido, la vida de los supervivientes no corre peligro y podrán salir del centro hospitalario en el plazo de tres días.


Los rescatados tras la frustrada travesía explicaron que la embarcación, que viajaba con 127 sin papeles a bordo, se dio la vuelta en dos ocasiones y que la mayoría de sus compañeros murieron ahogados, mientras que el hambre y la sed acabaron con el resto.


También relataron que habían emprendido el viaje hacia Canarias el pasado 3 de diciembre desde Casamance, región del sur de Senegal, y que tuvieron que regresar debido al mal tiempo que encontraron a la altura de las costas de Marruecos.


Tras 15 días de travesía, los supervivientes se encontraban exhaustos en el hospital de San Luis. Con el aire despavorido, la mirada vacía y los recuerdos vagos, los clandestinos intentaban recordar ayer los pasos de la tragedia.


«A éste se le han fundido los plomos. No nos ha dejado dormir en toda la noche porque tenía pesadillas», declara Ibrahima Barry, débil pero más lúcida que el resto de sus compañeros de fatigas. Como su vecino Faye, tiene llagas y heridas por todo el cuerpo: «Son obra de los peces. Cuando nos perdimos en el mar, fuimos atacados por los peces tras el vuelco del cayuco», explica Barry.


En la sala cuatro del hospital, Mansour Faye, de 40 años, intenta recordar la travesía de pesadilla: «Estaba con mi primo. Él sabía nadar, pero no le han encontrado», asegura, para a continuación, admitir sin tapujos: «Después del naufragio no pensaba en los muertos ni en los ahogados. Sólo pensaba en mí. Ya no sé quién estaba en el cayuco y quién no».


El pasado miércoles, otra embarcación arribó a la playa de Yoff, a las afueras de Dakar, trayendo a bordo a unas 30 personas, integrantes de un grupo que también intentaba viajar a Canarias. Éstos no lograron burlar la vigilancia de la Operación Frontex, iniciativa conjunta de Senegal y España para frenar el flujo migratorio ilegal hacia el archipiélago español.


Las repatriaciones de clandestinos realizadas por España entre septiembre y octubre, combinadas con la Operación Frontex, así como las malas condiciones meteorológicas, han reducido drásticamente las salidas de embarcaciones desde las costas senegalesas.


Este país se ha convertido en el principal emisor de emigrantes clandestinos hacia España. El pasado 5 de diciembre, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, viajó a Senegal para lograr un acuerdo de repatriación de los menores y el pasado viernes acordó la creación de una ventanilla de contratación para los inmigrantes de este país.

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