Una burbuja que no estalla

Diario de noticias de Gipuzkoa, 17-12-2006

Una burbuja que no estalla

Una pareja de inmigrantes asiste a un sorteo de protección oficial.


uno de los factores que se citan con frecuencia a la hora de garantizar un volumen de demanda de vivienda estable y relevante en los próximos años, que hacen que el estallido de la burbuja inmobiliaria sea poco probable, es el de la inmigración.

Pero esa opción de compra, por el momento, se antoja lejana para este colectivo en Gipuzkoa, que destaca entre los territorios del Estado donde menos viviendas compran los extranjeros.

Del total de 1.981 transacciones inmobiliarias efectuadas durante el segundo trimestre de 2006, sólo un 2% las realizaron ciudadanos extranjeros residentes en el herrialde.

“Está claro que el principal escollo es la primera entrada, dar el primer paso sin partir de nada”, describe Jenaro Kortajarena, presidente del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Gipuzkoa.

Los agentes, en cualquier caso, han comenzado a observar pequeños cambios. “Lo estamos empezando a comprobar con las comunidades de chinos, que compran vivienda cada vez con más frecuencia. Este mercado, sin duda, irá a más”, asegura Kortajarena.

un segmento dinámico

Edad media, entre 30 y 45 años

Tanto es así que, según previsiones de Banesto, los inmigrantes comprarán una media de 40.000 pisos anuales hasta 2008, lo que les convierte en el “segmento más dinámico en la demanda actual de primera y segunda mano”, según ha señalado la entidad.

Los grandes grupos de inmigrantes demandantes tienen una edad media que oscila entre los 30 y los 45 años. El colectivo latinoamericano, con los ciudadanos ecuatorianos a la cabeza, realizó el 43% de las compras de vivienda realizadas en 2005 por este sector. Después, con un 13,2% de las adquisiciones, se situaron los subsaharianos.

una propuesta ‘atractiva’

La hipoteca compartida

Es en este contexto donde la BBK ha apostado por seguir innovando en el mercado hipotecario. Después de ser la primera entidad en ofrecer préstamos a 50 años lanza ahora una nueva modalidad: la hipoteca compartida, un producto dirigido a personas que no pueden hacer frente a un crédito en solitario y que, sin necesidad de tener vínculos estrechos entre sí, se ponen de acuerdo para comprar una vivienda.

La caja de ahorros considera que se trata de una propuesta atractiva para inmigrantes, además de separados o divorciados. Como no se requiere ningún tipo de relación entre los titulares de la hipoteca, la nueva oferta contempla diferentes fórmulas para hacer frente a las posibles desavenencias que surjan entre quienes la comparten. Se establecen, por ejemplo, pactos entre los propietarios para regular el derecho de venta con opciones de compra preferente. La hipoteca compartida ofrece un plazo máximo de amortización establecido en 40 años, siempre que la suma de la edad del menor de los propietarios y el plazo establecido no supere los 80 años.

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