L as autoridades estadounidenses dijeron que se trataba de una “gran ofensiva” contra el robo de identidad, pero en realidad fue la mayor redada contra migrantes indocumentados, llevada a cabo por agentes de inmigración que irrumpieron en las plantas empacadoras de carne Swift simultáneamente en seis estados (Colorado, Nebraska, Texas, Utah, Iowa y Minnesota) y separaron a los inmigrantes de los estadounidenses. Mientras laboraban, fueron detenidos mil 282 migrantes indocumentados, entre ellos 600 mexicanos. La característica del operativo fue el despliegue de fuerza, la aterrorización inaudita de inmigrantes, dramas familiares de separación y niños abandonados en las escuelas. Se cometieron graves violaciones a los derechos humanos de trabajadores y sus familias.

La Agencia de Control de Inmigración y Aduanas dijo que serían acusados de identidades robadas, pero sólo alrededor de 65 lo fueron por ese delito o por haber regresado a EU, luego de haber sido deportados. ¿El crimen de los otros? Trabajar sin papeles, aunque no son delincuentes sino indocumentados en espera de una reforma para regularizar su situación que no llegó en 2006. Víctimas de lo que EU no ha podido resolver: adecuar sus políticas migratorias a realidades económicas, sociales y demográficas.

Según justificó Michael Chertoff, secretario de Seguridad Nacional, la redada fue producto de una investigación de casi un año sobre una banda dedicada al robo de identidad, ¿por qué entonces no detuvieron a la banda y sí a mil 282 trabajadores?

El vicepresidente internacional del Sindicato de Trabajadores del Comercio y la Alimentación, Mark Lauritsen, dijo que “la exhibición es indignante” y acusó al ICE de “criminalizar a la gente por ir a trabajar”. El sindicato pedirá un auto preventivo para impedir la persecución de trabajadores detenidos.

La cancillería mexicana gestiona la liberación de madres arrestadas para que puedan atender a sus hijos, eso es lo primero, lo urgente. Pero, ¿han podido funcionarios de los consulados mexicanos entrevistar a los mexicanos detenidos? ¿Cuál es su situación y qué se hará frente a evidentes violaciones de derechos humanos? La reacción de México debiera ser más enérgica, en defensa de los mexicanos. La redada es una forma inadecuada e inaceptable de abordar la inmigración indocumentada por parte de Washington.

El ominoso episodio forma parte del balance negativo en materia de migración en el año 2006 en que la incomprensión y el unilateralismo siguen imponiéndose. En el año que termina, el presidente Bush envió efectivos de la Guardia Nacional a la frontera con México para apoyar las labores de control de la Patrulla Fronteriza, el Congreso aprobó y el presidente firmó una ley para fortalecer el control fronterizo y construir un muro de mil 200 kilómetros en la frontera con México, el discurso de grupos antimigrantes como Minuteman o locutores de radio y televisión aumenta el rechazo y la incomprensión, en diversos estados se aprueban leyes y medidas contra los indocumentados, los crímenes de odio por motivos de raza aumentaron, los mexicanos muertos en la frontera se incrementarán de nuevo este año con un nuevo récord. Mientras la reforma migratoria integral se encuentra estancada.

México coopera con Estados Unidos en materia de seguridad y de narcotráfico. ¿No debiera suceder lo mismo en materia de migración de mexicanos a Estados Unidos? ¿Por qué en ese tema no puede prevalecer el entendimiento, la cooperación y el trabajo conjunto y Washington insiste en que es un asunto de política interior?

Periodista y antropóloga social