Los líderes de la Unión Europea iniciaron ayer una cumbre de dos días, en la que pondrán el freno al proceso de ampliación – para satisfacción de sus escépticos votantes, aunque sin cerrar la puerta a los futuros aspirantes – , y perfilarán una política común sobre inmigración, algo que España lleva forzando desde hace tiempo.


El proyecto de declaración de la reunión incluye «que una de las principales prioridades de la UE en el siglo XXI» será «abordar la migración en beneficio de todos». Según el texto, se abogará por enviar misiones específicas a África, por «mejorar la gestión de la frontera exterior» y «elevar la capacidad de Frontex», la agencia europea de fronteras.


El 2001 será el primero en la historia de la UE en observar una concentración de recursos económicos sobre políticas directa o indirectamente relacionadas con la inmigración, que van a verse dotadas con 4.000 millones de euros durante el nuevo periodo de Perspectivas Financieras 2007 – 2013.


El Gobierno de Zapatero se ha encargado de mantener el tema en los debates de sus socios desde las crisis de Ceuta, Melilla y Canarias. Ahora habrá que ver si se materializan en ayudas efectivas.


Ampliación


Antes de la reunión, los Veinticinco se habían sacudido el tema de Turquía para evitar que monopolizará la cumbre. No obstante, el primer ministro británico, Tony Blair, que tras la reunirón partirá hacia Ankara, podrían utilizar el encuentro como tribuna para defender su posición por turca, en la que le acompaña a Zapatero.


«Tratándose de la ampliación, espero que tendremos tiempo para debates fructíferos sobre el por qué de la ampliación, y por qué debemos realizarla de manera que refuerce a la Unión», dijo el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Duro Barroso.


En vísperas del ingreso de Rumania y Bulgaria el 1 de enero, los socios comunitarios tenían previsto anoche analizar durante la cena de trabajo la estrategia de ampliación de la Unión, reconociendo que no recibirán nuevos Estados miembros mientras no se reformen las instituciones europeas.


Antes de salir hacia Bruselas, la canciller Angela Merkel desgranó ante el Bundestag los objetivos de la presidencia alemana de la UE que recibirá el 1 de enero: reactivar la Constitución europea, sin modificar el texto, y el proceso de paz en Oriente Medio. Para Merkel, los europeos cometerían «un error histórico» si no lograsen alcanzar un acuerdo que preserve la «sustancia» del Tratado Constitucional antes de las elecciones europeas del 2009.


Pero la canciller reconoció que la titánica labor de darle vida a la Constitución no quedaría concluida durante la presidencia alemana y que por lo menos espera poner en marcha, una «hoja de ruta» para su reactivación.


Despedida de Borrell


El presidente del Europarlamento, Josep Borrell, se despidió ayer de las cumbres europeas elogiado por los líderes del bloque, entre ellos el francés Jacques Chirac, quien lo calificó como «uno de los más grandes» titulares de la Eurocámara.Borrell dejará el cargo a mediados de enero.