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MADRID. La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a 18 años de prisión a dos miembros de la banda de los «ñetas» por delito de asesinato. Pero es que, además, se reconoce que este grupo tiene una estructura definida, por lo que se considera que sus miembros conforman una asociación ilícita para delinquir, algo por lo que han estado luchando, desde hace años, políticos, cuerpos policiales y la propia Fiscalía. Una vez más, se ha conseguido. De esta manera, los dos delincuentes deberán sumar, cada uno, a sus 18 años de cárcel otros dos por esta última tipificación legal.

La sentencia de la sección tercera, a la que ha tenido acceso Efe, considera probada que la primera muerte que se atribuyó en nuestra región a una banda latina fue un asesinato en toda regla.

Con botellas y un cuchillo

Así, aquel 14 de noviembre de 2004, en el parque de Cantoria (Carabanchel), los dos condenados, Juan Francisco J. M., alias «Pepito», de 22 años en aquellas fechas, y Gabriel Eduardo P. J., de 18, a las diez de la noche y junto a otro grupo de personas no identificadas, acorralaron al ecuatoriano Jesús Rafael Amaya, de 20 años, con la clara intención de matarle por pertenecer a los «latin kings». Le tiraron al suelo y le agredieron con botellas rotas, piedras y un cuchillo, hasta matarle. Dos de los testigos confirmaron que Pepito participó en el crimen; le vieron «golpear con una botella en la cabeza a la víctima». Eso mismo se desprendía de la declaración del propio «Pepito».

En cuanto al otro condenado, fue fundamental la declaración de un testigo que aseguró a la Policía que este acusado le confesó que había lanzado una piedra contra la cabeza del fallecido porque sentía rabia contra los «latin kings» después de haber sido agredido por algunos miembros de esta banda.