Condenados a indemnizar a la madre de la víctima con 150.000 euros La Audiencia Provincial de Madrid condenó ayer a 20 años de prisión a dos miembros de la banda latina de los Ñetas por asesinar, el 14 de noviembre de 2004, en el parque Cantoria del distrito madrileño de Carabanchel a un miembro de la organización rival Latin Kings después de acorralarle.

En la sentencia dictada por la sección tercera de este tribunal, a la que tuvo ayer acceso Efe y que fue dictada después de que un jurado popular declarara culpables a ambos acusados, se considera probado que Juan Francisco J.M., Pepito, y Gabriel Eduardo P.J. asesinaron al joven ecuatoriano Jesús Rafael Amaya y que la banda de los Ñetas es una asociación ilícita.

La resolución declara acreditado que sobre las diez de la noche del día de los hechos, los acusados, junto a otras personas que no han sido identificadas, acorralaron a su víctima con intención de acabar con su vida, que le tiraron al suelo y le agredieron con botellas rotas, piedras y un cuchillo hasta causarle la muerte.

El jurado estimó probada la participación de Pepito en el asesinato basándose en la declaración del propio procesado y en el testimonio de varios testigos, dos de los cuales aseguraron que le vieron «golpear con una botella en la cabeza de la víctima».

También en el caso de Gabriel Eduardo P.J. fue fundamental la declaración de un testigo que aseguró a la Policía que este acusado le confesó que había lanzado una piedra contra la cabeza del joven fallecido porque sentía rabia contra los Latin Kings después de haber sido agredido por algunos miembros de esta banda unos días antes de los hechos.

Por otra parte, los miembros del jurado consideraron que la de los Ñetas es una asociación ilícita basándose en el carácter organizado de la agresión, en documentos en los que se describe la organización del grupo y sus normas de asociación y en la declaración de policías expertos en bandas latinas acerca de su estructura y jerarquía internas.

La Audiencia Provincial impone a los acusados sendas penas de 18 años de prisión por el delito de asesinato y de dos años por asociación ilícita, además de condenarles a indemnizar a la madre de su víctima con 150.000 euros.