“No se los lleven en Navidad”, rezaba ayer un cartel en las afueras de una fábrica donde se vivieron dramáticos momentos cuando cientos de inmigrantes sin papeles fueron detenidos, mientras numerosas personas arrodilladas oraban por ellos.

Dirigentes sindicales dijeron que las redadas a varias plantas procesadoras de carne, lanzadas debido a una investigación de robo de identidad, fueron masivas y que en una sola de las instalaciones 250 inmigrantes fueron detenidos. Según los reportes, en total son 1.282 los arrestados.

En la planta de la empresa en Grand Island, Nebraska, el vocero del sindicato local, Mike Mary, dijo que hasta 250 trabajadores de un turno de más de 600 fueron aprehendidos, informó The Washington Post.

Las autoridades, sin embargo, no revelaron ningún nombre. Ni siquiera cuántas personas fueron arrestadas. A la vista solo estaban decenas de trabajadores que eran subidos a autobuses escoltados por agentes que lanzaron allanamientos simultáneos a plantas de la empresa Swift & Co. en seis estados del país.

Fuera del cerco que rodea una de las plantas procesadoras de carne allanadas, Tony García denunció la forma en que agentes federales de Inmigración han sacudido a las familias hispanas.

“Necesitamos ayuda… necesitamos respuestas”, gritó. García dijo estar preocupado por los niños cuyos padres fueron arrestados en la planta de Greeley. “¿Quién va a recogerlos?”, se preguntó.

Los allanamientos se realizaron en seis plantas que tuvieron que suspender temporalmente sus operaciones. Se ubican en las ciudades de Greeley, en el estado de Colorado; Grand Island, Nebraska; Cactus, Texas; Hyrum, Utah; Marshalltown, Iowa, y Worthington, Minnesota, donde se procesa toda la producción de vacuna de Swift y el 77% de su producción porcina.

Lisa Gallegos lloraba cuando los agentes se llevaban a su esposo de la fábrica donde trabaja desde hace 17 años y tiene una tarjeta de residente.