Air Madrid, en el aire

La posible retirada de la licencia a Air Madrid hace temer a miles de latinoamericanos por los viajes a su patria en Navidad.

MUCHOS inmigrantes provenientes del otro lado del Atlántico compraron sus billetes hace ya meses para volar con esta aerolínea de bajo coste española, que ofrece tarifas particularmente asequibles en sus rutas a América Latina.

J.V. (DPA)



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Día: Jueves, 14 de diciembre
Edición: GENERAL
Número de Página: 14
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El presidente de la compañía aérea Air Madrid, José Luis Carrillo.

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Celebrar las Navidades con su familia en la patria es uno de los grandes sueños de muchos inmigrantes en España, y la mayoría lleva meses ahorrando para el ansiado viaje.

Por la experiencia de compatriotas que ya han volado con esta compañía, los latinoamericanos saben que los retrasos y otros inconvenientes son habituales en Air Madrid, pero no les queda otro remedio que aceptarlo, ya que el dinero no les da para más.

Lo mismo ocurre con muchos españoles que han escogido a Air Madrid para irse de vacaciones, ya sea a las islas Baleares, a Canarias o a algún destino latinoamericano.

Los continuos retrasos, en ocasiones de hasta varios días, han llevado al Ministerio de Fomento a amenazar a Air Madrid con retirarle su licencia de operador aéreo, algo que podría ocurrir este mismo mes.

La aerolínea afirma tener vendidos hasta febrero unos 300.000 billetes, y la pregunta ahora es qué ocurrirá con los pasajeros que los adquirieron si la empresa es obligada a suspender sus actividades temporal o definitivamente.

Difícil alternativa

El problema es que, al menos en estas fechas navideñas, en otras aerolíneas apenas quedan plazas disponibles, por lo que será difícil ofrecer una alternativa a los pasajeros que se vean obligados a quedarse en tierra.

De hecho, fuentes del sector aéreo consideran que podrían verse afectados unas 30.000 personas, que no podrán viajar pese a tener los billetes en su poder. Entre éstas figuran muchos pasajeros que ya emprendieron viaje y que podrían tener problemas para regresar. Otra de las grandes incógnitas es precisamente saber qué pasará con estas personas.

Mientras Air Madrid ultimaba sus alegaciones para evitar la suspensión, las protestas se repetían ayer ante los mostradores de la empresa en el aeropuerto de Madrid – Barajas. Así, los pasajeros de un vuelo a Buenos Aires se quejaban de que su avión, que debía haber salido al mediodía, ya acumulaba un retraso de cuatro horas.

«Cuando fui a informarme, un empleado de Air Madrid me aconsejó que fuera de compras para matar el tiempo», criticaba una señora argentina.

Muy enfadada estaba también una joven pareja de españoles, que debía haber salido de viaje de luna de miel el día anterior: «Sin avisarnos, Air Madrid adelantó el vuelo, con lo cual no pudimos viajar. Para colmo, nos quieren cobrar un suplemento para salir en otro vuelo».

Entre los retrasos acumulados por la compañía se hicieron tristemente famosos uno de 20 horas para volar de Madrid a Palma de Mallorca, una ruta que normalmente se cubre en una hora, u otro de 120 horas entre Barcelona y Buenos Aires.

Pero también hubo casos de viajeros que no llegaron a tiempo al funeral de la madre en Santiago de Chile, a la operación de un familiar en Bogotá, o a una boda en Quito. Entre los damnificados de la compañía está también Rafael Basurto Lara, la «voz» de Los Panchos, quien tuvo que suspender un concierto en Buenos Aires.

De hecho, Air Madrid ya enfrenta varias demandas civiles ante juzgados españoles por retrasos, vuelos reprogramados o escalas no anunciadas.

La aerolínea, cuyo lema es «elige bien, elige mejor», fue fundada en 2003 por un grupo de empresas y profesionales del sector turístico. Un año después fue adquirida por el empresario hotelero mallorquín José Luis Carrillo, que posee el 100% del capital de la empresa, que no ha dejado de crecer y transporta actualmente a unos 2,6 millones de pasajeros.

«Mano negra»

Carrillo rechaza las críticas y dice que, detrás de los problemas de la compañía, hay una especie de «mano negra». «Parece que hay una cierta animadversión hacia nosotros por parte de Aviación Civil», declaró recientemente.

Asimismo, promete «un plan de choque intensivo» para subsanar los problemas que ahora amenazan con dejar en tierra a su aerolínea. Éste incluye una reducción de la frecuencia de vuelos diarios, lo cual supondrá que los ingresos de la compañía caerán unos 100 millones de euros.