BRUSELAS. DV. Atendiendo al cansancio que líderes y opiniones públicas muestran por el incesante ritmo de las últimas ampliaciones, el Consejo Europeo con el que concluye la presidencia finlandesa de la Unión tiene previsto sancionar un endurecimiento si no de las condiciones, sí de las prácticas al uso para franquear el paso a nuevos socios. Ciertamente, el Consejo dará la bienvenida a Bulgaria y Rumania, con las que, el 1 de enero próximo, concluirá la gran ampliación puesta en marcha tras la caída del muro de Berlín en 1989, pero la Unión Europea se prepara para actuar mucho más inquisitorialmente con los huevos candidatos. Croacia, que figura a la cabeza de la lista, difícilmente entrará en la UE antes de 2009 o 2010, los países de los Balcanes occidentales se verán privados de fechas, siquiera orientativas, para lograrlo y Turquía constituirá la incógnita de siempre, aún en 2015 o 2020.

La clave de ese futuro es un nuevo concepto, lo que se denomina «capacidad de integración» de la UE, que pone en pie de igualdad las obligaciones europeas para con los candidatos legítimos con el desarrollo interno, en el que la adaptación de las instituciones juega un papel mayor.

La inmigración, a debate

El Consejo, en este último punto, será poco explícito, porque no ha llegado aún el momento de recuperar el debate sobre el Tratado constitucional. La presidencia alemana se propone revitalizarlo durante su mandato, que comienza el 1 de enero. España concede gran relevancia a los debates sobre inmigración que el Consejo Europeo tiene previsto acometer. Se discutirá de la protección de la frontera sur de la UE (el Mediterráneo y el Atlántico oriental) mediante la consolidación de patrullas marítimas y una mejor dotación de la Agencia de Fronteras Exteriores (Frontex).

Además, en la reunión serán abordados otros asuntos relacionados con el enfoque global del problema que España preconiza, y en el que aparecen contempladas tanto medidas represivas del tráfico ilegal de inmigrantes y de las mafias que se lucran de él, como la cooperación con los países de origen y tránsito de esa inmigración ilegal y las acciones combinadas para favorecer la inmigración legal. Una política común en esta materia está descartada por el momento.

Finalmente, los 25 analizarán los avances observados por la innovación en la UE.