EL FUTURO DE LA UE / El fin de la Presidencia finlandesa
Una cumbre con poco Oriente Próximo y mucha inmigración
El Mundo, 14-12-2006Los Veinticinco no apoyarán las novedades del plan presentado por Zapatero y Chirac, pero darán su respaldo a la política migratoria común Cuando José Luis Rodríguez Zapatero se reúna esta tarde con sus colegas, entre almohadones gigantes finlandeses – el diseño de moda del país que preside la UE este semestre – , reconocerá en la declaración de los Veinticinco poco de su plan para Oriente Próximo y mucho de sus propuestas para inmigración.
En el borrador sobre el conflicto palestino – israelí, preparado para la cumbre de hoy y mañana, no figuran las pocas ideas originales entre las seis presentadas por Zapatero, junto al presidente francés, Jacques Chirac, hace un mes. Los franceses se distanciaron de la propuesta casi de inmediato y, aunque España anunció que Italia se sumaba a la iniciativa, el jefe del Gobierno italiano, Romano Prodi, matizó su postura y su consejero diplomático incluso se quejó, en varias ocasiones, al de Moncloa por haber incluido a su país sin reservas.
El papel español repetía algunos de los puntos que la UE lleva meses defendiendo, como la liberación del soldado israelí secuestrado en Gaza y de los políticos palestinos arrestados en Israel o la reunión entre el presidente de la Autoridad Palestina, Abú Mazen, y el israelí Ehud Olmert, y avanzaba dos sugerencias novedosas: una misión de observadores para los Territorios Palestinos y «a medio plazo, la celebración de una conferencia internacional», la obsesión del ministro de Exteriores, Miguel Angel Moratinos. Pero el impopular despliegue militar no estará en la declaración de la UE – temerosa de convertir a sus enviados en blanco de secuestradores y contraria a cualquier paso que no acepte Israel – ni tampoco la conferencia como la planteaba España. Según el borrador, pendiente de aprobación, «de acuerdo con la Hoja de Ruta, el Cuarteto, en consulta con las partes, en su debido momento, debe convocar una conferencia internacional», es decir, al final del proceso de paz.
Incluso uno de los objetivos que España recogió entre los habituales, «favorecer» la formación de un Ejecutivo de coalición entre Al Fatah y Hamas, se diluye tras esfuerzos infructuosos. Aunque la Unión «elogia» el trabajo de Abú Mazen, ya no apuesta tan decididamente por esta solución y sólo ofrece la reanudación diplomática (los europeos no tienen contactos con Hamas, considerado un grupo terrorista), «si este tipo de Gobierno se formara».
Patrullas europeas
A Zapatero le gustará más, en cambio, la postura común sobre la inmigración, que, pese a ser un resumen de planes ya existentes, subraya las acción conjunta dentro de las limitadas competencias de la UE y compromete más fondos tanto para organizar la inmigración legal como para combatir la ilegal, por ejemplo con una red de patrullas europeas para la frontera Sur. Los medios para misiones como ésta y la de Frontex, dedicada a la vigilancia de las costas canarias, seguirán dependiendo de la buena voluntad de los Estados miembros, básicamente los mediterráneos implicados en la crisis de las llegadas masivas desde Africa.
Tras las críticas recurrentes de Francia y otros países a la regularización masiva de Zapatero, el Gobierno ha conseguido un documento de apoyo en la cumbre, que también tratará la Constitución y los límites a la ampliación. Para hacerse un hueco entre los demás asuntos, España ha luchado contra las reticencias de los Estados menos afectados por la avalancha migratoria y quienes argumentaban que la crisis ya había pasado porque no veían en la prensa más imágenes de cayucos. Pocos centroeuropeos y nórdicos están al tanto de lo que ocurre ahora.
El frente germánico se mantendrá firme contra la pérdida de competencias en Justicia e Interior a favor de Bruselas. Por ejemplo, la Comisión tiene pocas posibilidades de quedarse, como pretende, con la gestión de las cuotas para trabajadores no comunitarios que ahora dependen de cada país.
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