Lavado de cara al campamento de inmigrantes
El Ayuntamiento de Valencia desaloja a los indigentes que viven bajo el puente de Ademuz para retirar basura y sanear las fuentes
Las Provincias, 13-12-2006El Ayuntamiento de Valencia desaloja a los indigentes que viven bajo el puente de Ademuz para retirar basura y sanear las fuentes Mientras decenas de personas caminan sobre el puente de Ademuz, bien abrigadas y cargadas de bolsas, decenas de indigentes, la mayoría de ellos inmigrantes, cargan sus escasas y maltrechas pertenencias en carros de la compra bajo el puente de Ademuz.
Ya llegan las chachas, asegura uno de ellos. Así denominan a los operarios municipales del Ayuntamiento de Valencia que, acompañados de la Policía Local, procedieron ayer a retirar basuras y desechos de la zona.
Antes, los agentes municipales solicitan a los inmigrantes que desalojen temporalmente el lugar. La operación dura toda la mañana. Los encargados de la limpieza retiran la suciedad de la zona y sanean las fuentes, utilizadas por los sin techo como improvisados cuartos de baño.
A escasos metros, los habitantes de la zona baja del puente vuelven a echar sus colchones a tierra y contemplan tumbados como retiran la basura de sus hogares. Algunos de ellos incluso aprovechan para desayunar: algo de fruta y latas de conserva mientras observan a los habituales deportistas que corren o andan en bicicleta por el viejo cauce.
La gran mayoría de los inquilinos del campamento son inmigrantes subsaharianos, aunque también los hay rumanos y españoles.
En bata y zapatillas
A escasos metros de donde malviven, a la vista de todos ellos, un cartel de Felicidades reina en un comercio. Sus caras no dejan traslucir precisamente ese sentimiento. Una bata de médico de dudosa procedencia es el escaso abrigo que protege del frío a uno de los indigentes. Sus pies, calzados con zapatillas de estar por casa, no tienen precisamente aspecto de calientes.
Otros tienen mejor suerte. Entre las pertenencias apiladas en el césped del viejo cauce hay una estufa de butano, con su correspondiente bombona, sin duda propiedad de un indigente al que sus compañeros considerarán afortunado. Un hornillo y hasta una cafetera se pueden ver también cerca.
Varias patrullas de la Policía Local observan que la tarea semanal de limpieza de la parte baja del puente de Ademuz se desarrolle sin incidente alguno.
Provistos de vehículos para apilar y retirar los desechos, los operarios del Ayuntamiento de Valencia emplean casi toda la mañana en la limpieza. Luego, los inmigrantes vuelven a casa. Arriba, sobre el puente de Ademuz, la gente sigue pasando con sus calientes y confortables abrigos y bolsas en sus manos. Debajo, el hombre de la bata de médico se arrebuja bajo una manta.
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