Le Pen se pasa al mestizaje electoral
Presenta unos carteles con los que busca ganar el voto de los millones de
La Razón, 13-12-2006PARÍS – El nuevo rostro de la ultraderecha francesa es femenino, de piel
oscura, luce rizos africanos y le gusta que su tanga fuxia asome por
encima de sus pantalones vaqueros. Al menos, ésta es la sorprendente
descripción de la chica que pedirá el voto para Jean Marie Le Pen, a sus
78 años todavía presidente del Frente Nacional (FN), en los carteles que
inundarán el país durante la campaña presidencial en ciernes.
Con la intención de borrar la imagen xenófoba de la formación y pescar
votos de los millones de franceses de origen africano, el FN ha decidido
cambiar sus tradicionales eslóganes de «Francia para los franceses». Lo
que no sufre variación alguna es el contenido de sus propuestas:
inmigración cero y preferencia nacional en el acceso a las ayudas sociales.
«Jean Marie Le Pen encarna la unión del pueblo francés, más allá de
especificidades religiosas, étnicas o incluso políticas», explicó su hija
y directora de campaña, Marine Le Pen. El eslogan con el que el Frente
arranca su carrera electoral, «Derecha e izquierda se lo han cargado
todo», muestra a las claras su intento de presentarse, no como extrema
derecha, sino como una alternativa a los partidos tradicionales. La
campaña está formada por varios carteles en los que personas de diverso
perfil (una jubilada, un niño, un trabajador y la citada joven mestiza)
suspenden, pulgares hacia abajo, las políticas de las formaciones de
centro izquierda y centro derecha.
Buenos resultados en 2002
El partido ultraderechista multiplica desde hace meses sus mensajes hacia
los «franceses de origen extranjero». «Un cierto número de franceses de
origen inmigrante es consciente del fracaso de la derecha y la izquierda y
muchos se interesan por nuestro candidato», explica convencida la
benjamina Le Pen. Un partido que, en las elecciones de 2002, alcanzó la
segunda vuelta tras imponerse al Partido Socialista.
A tenor de los
sondeos, el cambio de envoltorio está siendo todo un éxito. Nunca antes Le
Pen había contado con un 17% de expectativa de voto a seis meses de los
comicios. «Sería extraño ver a la ultraderecha por debajo del 15%»,
declaró a «Le Figaro» Brice Tenturier, director de la agencia demoscópica
Sofres.
El último paso de la extrema derecha ha hecho temblar los
cimientos del sector tradicionalista del partido, opuesto a la estrategia
aperturista. Muchos de ellos han engrosado las filas del conservador
Movimiento por Francia (MPF) de Philippe De Villiers, que hace campaña
contra la «islamización» de Francia. Los que siguen dentro pugnan por
volver a los principios de una Francia blanca y católica que
caracterizaron siempre al FN.
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