Jaime Cevallos, para EL UNIVERSO | PARÍS

La compatriota que llegó a ese país en el 2001 dice que cumple con los requisitos exigidos para legalizarse.

El 3 de octubre no fue un buen día para Hilda, porque recibió la carta del gobierno francés mediante la cual le comunican que no fueron aceptadas ni su petición de residencia ni la de su hija, una niña guayaquileña de cinco años que habla más en francés que en español.

Hilda dice que sintió coraje. Recuerda que lloró antes de tomar el teléfono para llamar a una abogada y apelar una resolución que considera injusta, porque quieren echarla de un país al que llegó en febrero del 2001.

La ecuatoriana se radicó en París por casualidad, ya que su primer destino europeo fue la ciudad italiana de Génova. “Sí, estuve en Génova, pero la pasé muy mal, porque en dos meses no conseguí un solo empleo. Entonces me comuniqué con mi mamá, quien me puso en contacto con una señora que ya vivía en París”.

“Desde entonces estoy aquí, en el distrito 17, y trabajo en la limpieza de casas. Las vida es muy dura en París, pero gracias a Dios, alcancé a traer a mi hija en el 2002, antes de que la Unión Europea instaure el visado para los ecuatorianos”, manifiesta.

El 13 de junio, el ministro francés del Interior, Nicolás Sarkozy, emitió una circular dando potestad a los prefectos para que, por razones humanitarias, regularicen a los extranjeros que tengan niños nacidos en Francia o que hayan ingresado al país antes de los 13 años, que asistan a la escuela y que no tengan vínculos familiares en el país de origen.

“En ese momento pensé que tenía todas las cartas a mi favor explica Hilda porque estoy integrada, mi hija estudia aquí y, de sus cinco años de edad, cuatro los ha vivido en Francia”.

“Con ilusión fui hasta el consulado para que me ayuden a redactar el documento, que fue el que después presenté en la prefectura”, señala.
Sin embargo, sus papeles fueron rechazados y ahora espera los resultados de la apelación, junto a otras cinco amigas que se encuentran en la misma situación.

Santiago Ruiz, cónsul de Ecuador en París, explica que hasta el momento se desconoce el número de ecuatorianos que lograron arreglar su situación gracias a la circular del 13 de junio. “Hemos enviado comunicaciones a las prefecturas para que nos informen del número de compatriotas que han sido regularizados. Hasta el momento, solo me han respondido tres prefecturas”.

La mayoría de ecuatorianos que se acogió al proceso realizó las solicitudes en el Consulado que, según Ruiz, intensificó sus esfuerzos para ayudar a los compatriotas que deseaban presentar la solicitud en las prefecturas.

“No fue la primera vez que ayudamos a los compatriotas. Mi antecesora, la cónsul Margorie Ulloa, ya había instituido un programa de asesoramiento para los ecuatorianos que deseen regularizar su situación en Francia y el servicio se reforzó a raíz de la Circular del 13 de junio”, agregó.