Francia vuelve a cargar contra las regularizaciones de «sin papeles» en España

La Razón, 12-12-2006

parís – Nicolas Sarkozy, el líder del centroderecha francés y ministro del
Interior, todavía no es presidente de Francia, pero ya ha decidido que su
gran adversario ideológico en Europa, si se hace con la Jefatura de
Estado, será el presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero. El
mandatario galo se permitió ayer entrar en el rellano de la política
interior española para volver a llevarle la contraria al dirigente
socialista español.
   Sarkozy aseguró que la ola de inmigración
que ha vivido España en los últimos años no ha sido capital en el «milagro
económico» que se ha producido en nuestro país. «Pretender lo contrario es
algo atrevido», zanjó el «número dos» del Ejecutivo galo.
   Su teoría contradice la tesis del presidente Rodríguez Zapatero, quien
afirmó, el pasado mes de noviembre, que la llegada de nuevos trabajadores
a España ha sido un hecho «determinante» en la buena salud de las cuentas
españolas.
   Reformas
   «Si la inmigración
clandestina hubiese producido tanta riqueza en España, no veo por qué
Zapatero ha dicho que no llevará a cabo más regularizaciones», apostilló
el ministro del Interior galo, durante una rueda de prensa sobre su
balance en la lucha contra la inmigración.
   El presidente de la
UMP, el partido conservador francés, consideró que la principal causa de
la «potencia económica española» reside en las «reformas» llevadas a cabo
por los gobiernos del Partido Socialista y del Partido Popular.
   «La
regularización, el pasado año 2005, de cerca de 600.000 personas en
España, precipitó a los brazos de las redes criminales a jóvenes africanos
que se sentían atraídos por las sirenas de la regularización», censuró el
propio ministro galo. Nicolas Sarkozy, partidario de una política severa
para así frenar los flujos migratorios, ha multiplicado el número de «sin
papeles» expulsados anualmente (de 10.000 en el año 2002 a 24.000 en 2006)
en Francia y endurecido las condiciones para acceder a la residencia en
territorio galo.
   No suelen durar mucho los noviazgos entre los
gobiernos de Francia y España. La relación entre José María Aznar y
Jacques Chirac estuvo presidida por las diferencias políticas existentes y
la animadversión personal. Actualmente, la idéntica lectura de la política
internacional de José Luis Rodríguez Zapatero y Jacques Chirac explica el
magnífico entendimiento entre ambos lados de los Pirineos. Una entente que
naufragará si Sarkozy es elegido en el mes de mayo como presidente francés.

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