SAN SEBASTIÁN. DV. Gipuzkoa va a tender la mano a los niños que en los últimos meses está llegando a Canarias en cayucos. La Diputación va a responder a la llamada de ayuda efectuada por la Comunidad de Canarias, cuyos centros de acogida se han visto desbordados por la arribada constante de embarcaciones llenas de inmigrantes sin papeles procedentes de África. El drama alcanza toda su crudeza si tenemos en cuenta que una parte de estos inmigrantes son menores de edad.

La Diputación ha trabajado discretamente en los últimos meses con el fin de encontrar alojamiento adecuado para un máximo de diez menores. Finalmente, tras valorar distintas posibilidades, la institución foral adquirió un caserío en una zona rural de Lezo, alejada del casco urbano y cercana a Gaintxurizketa.

El caserío se encuentra en perfecto estado, pero requiere la realización de obras para adecuar su interior a la nueva función que se le va a dar. Estos trabajos estarán terminados para finales de febrero, fecha en la que se prevé la llegada de los menores.

El caserío dispone de planta de sótano, planta baja y primer piso. Además, cuenta con un porche y una zona verde en su perímetro. Parte del equipamiento, como la cocina, se encuentra ya instalado. Sin embargo, queda por realizar la comunicación entre diversas zonas del caserío, motivo por el que se tendrán que derribar varios tabiques.

Tutela legal

Una vez resuelto el problema del alojamiento, la Diputación trasladará este mismo mes una propuesta oficial a la Comunidad de Canarias y a la dirección general de Inmigración, dependiente del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales.

Gipuzkoa se comprometerá a alojar a entre ocho y diez menores. La institución foral solicitará que tengan más de 16 años, con el objetivo de ofrecerles un programa que vaya más allá del mero acogimiento.

Una vez que los menores salgan de Canarias, la tutela legal de los mismos recaerá en la Diputación de Gipuzkoa. De ahí que los servicios sociales propongan una atención que aborde también la inserción social y laboral de los menores, objetivos más fáciles de lograr si éstos tienen como mínimo 16 años.

La Diputación ha mantenido reuniones con diversas entidades que podrían hacerse cargo del centro de acogida de Lezo y de las labores de inserción. Se trata de conversaciones preliminares, ya que la decisión sobre el tipo de atención a prestar a los menores dependerá de su edad, procedencia y nivel educativo. En todo caso, estará garantizado que dispongan del número de educadores suficientes durante las 24 horas.

Estas cuestiones se resolverán cuando la dirección general de Inmigración concrete qué niños asigna a Gipuzkoa. De momento, la única certeza es que serán subsaharianos, ya que los inmigrantes que han ido llegando en cayucos a Canarias provenían de este área de África, en su mayoría de Senegal.

Los servicios sociales de la Diputación creen que la adaptación de estos menores no ofrecerá problemas graves. El hecho de que hayan pasado varios meses en Canarias habrá facilitado la comprensión del castellano. Además, se considera que los menores subsaharianos no son conflictivos, a diferencia de los llegados desde otros puntos de África y que han causado problemas en los centros de Tolosa y Urnieta.

El paso dado por la Diputación se suma al que ya han dado otras administraciones del Estado. Canarias hizo un llamamiento el pasado verano al resto de comunidades autónomas para que acogieran a parte de los menores que llegaban a sus costas en cayucos. Esta petición de ayuda fue secundada por el Ministerio de Asuntos Sociales. La llamada recibió respuesta hace meses desde Asturias, Cantabria, Cataluña, Comunidad Valenciana, Ceuta y Castilla y León. En Euskadi, las competencias sobre menores recaen en las diputaciones. De momento, sólo la de Gipuzkoa ha decidido acoger a estos menores.