'El vuelo de a ver si cuela'

El Mundo, 12-12-2006

Un avión viaja a Guinea – Bissau para expulsar a 16 africanos y vuelve con 13 Entre los agentes de las Unidades de Intervención Policial (UIP) ya los denominan jocosamente como «los vuelos de a ver si cuela». Es decir, aviones de repatriación de subsaharianos que se organizan a última hora, deprisa y corriendo, cuando van a finalizar los 40 días de fecha tope del periodo de internamiento de los inmigrantes, sin saber a ciencia cierta cuál va a ser el resultado final del viaje y si las autoridades de los países de origen los van a aceptar.


El último episodio tuvo lugar el pasado viernes, cuando un vuelo de repatriación partió rumbo a Guinea – Bissau con 16 subsaharianos y regresó con 13. Es decir, según denuncia la Confederación Española de Policía (CEP), el Ministerio del Interior, fletó un avión con capacidad para 180 personas, movilizó a 22 agentes y gastó más de 30.000 euros para expulsar a… tres inmigrantes.


«Los llamamos ‘los vuelos de a ver si cuela’ porque ya desde que salimos de Barajas, los de Extranjería tienen dudas sobre si van a admitir o no a los sin papeles», manifestó ayer un policía.


El avión partió por la mañana desde el aeropuerto madrileño de Barajas e hizo escala en Canarias para recoger a los 16 subsaharianos. Sin embargo, cuando llegó sobre las 18.30 horas a Guinea – Bissau, comenzaron las sorpresas. El aeropuerto estaba medio cerrado y las autoridades del país africano aseguraban que nadie les había notificado el vuelo.


Tras dos horas de negociación a pie de pista, y gracias a la mediación del embajador español, las autoridades guineanas accedieron a quedarse con tres de sus compatriotas porque estaban documentados. Durante ese lapso de tiempo, los agentes tuvieron que bajar las cortinillas de las ventanas, ya que los inmigrantes cada vez estaban más nerviosos y todos negaban proceder de Guinea – Bissau.


«Hay una descoordinación total. No se puede jugar así con el trabajo de los policías. Esos vuelos suponen un desgaste tremendo para los funcionarios. Dicen que son servicios voluntarios, pero todo el mundo viaja obligado», declaró ayer el secretario de Organización del sindicato policial CEP, Lorenzo Nebreda. Según informó, a los agentes les pagan 120 euros brutos por practicar estas expulsiones, pero las horas del viaje no cuentan en el cómputo total y luego las tienen que recuperar.


Este percance es el último de una larga cadena de contratiempos en las repatriaciones: vuelos frustrados que ni llegan a despegar, aviones que se vuelven con todos los subsaharianos dentro o inmigrantes que se quejan de que viajaron engañados.

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