"CAMBIO". Michoacán. MÉXICO.

Migración: el fin de las tradiciones

Promotores de las fiestas decembrinas aseguran que el fenómeno, junto a otros factores, le han restado importancia a lo mexicano

Prensa Latinoamericana, 11-12-2006

Las tradiciones navideñas en Morelia se están perdiendo ante la fuerte presencia del alcohol en las celebraciones, pero sobre todo frente a las prácticas norteamericanas como Santaclós, el árbol navideño y el pavo, dejando de lado las tradiciones como los Reyes Magos, los nacimientos y platillos mexicanos como el pozole, los tamales y atoles.

Así lo señalaron promotores de estas fiestas en Morelia, quienes coincidieron en que la migración es el principal factor para la pérdida de las tradiciones mexicanas.

Aunque reconocieron que estas costumbres aún permanecen vigentes en gran parte del país, señalaron que las ciudades son las más afectadas con esta pérdida, ya que en provincia las tradiciones permanecen más arraigadas.

«El mayor problema que hay es que en estas fechas es cuando regresan los migrantes, y como traen mucho dinero y camionetas, fayuca y esas cosas, los demás jóvenes los admiran, entonces se empiezan a imponer otras tradiciones», expresó Margarita Ávila, quien cada año organiza las tradicionales «posaditas» con sus vecinos de la colonia Vasco de Quiroga.

Pero también agregó que el cine norteamericano junto con la música y la televisión mexicana se encargan de destruir las tradiciones, ya que a través de estos medios otras tradiciones se insertan en los modelos culturales.

«Ahora los muchachos quieren hacer todo como lo ven en la tele, ponen arbolitos con muchas luces y quieren hacer pavo horneado para cenar, se les ha olvidado lo mexicano, los nacimientos de barro, el papel picado, las piñatas, la cena de tamales y atoles, eso los menos, pero hay muchachos que ya ni siquiera quieren pasar la Navidad con su familia».

Una de las mayores razones para el abandono familiar en estas fechas son las bebidas alcohólicas, según lo expresó Margarita Ávila, ya que por el clima el ambiente y las reuniones, hay un evidente incremento en la ingesta de alcohol.

En esto mismo coincidió la señora Yolanda Espinoza, quien desde hace 36 años organiza en su casa, a espaldas del templo de Cristo Rey, el novenario que precede a la conmemoración del nacimiento de Jesucristo, tradición conocida como «posaditas».

«Las gentes de antes nos reuníamos para rezar el rosario y luego nos tomábamos un ponche, pero ahora uno de mis nietos anda organizando dizque ‘posaditas’ que son puras borracheras, la tradición ya no existe, ya nos conformamos con ir a misa el 24 y nada más.

«Antes era bien bonito que en todas las casas se ponían nacimientos, con unas imágenes (de barro) grandotas, benditas, se arrullaba al niño, se levantaba, se le llevaban Reyes, había que cantarle; la tradición era otra, más religiosa, pero también los comerciantes tienen culpa en esto, ya no se pueden comprar imágenes; los niños más chiquitos están en cien pesos», opinó.

Sin embargo, para el señor Francisco Eligio Serrano la tradición continúa «muy viva», ya que él desde hace 16 años se ha dedicado a la elaboración de piñatas y aseguró que «es uno de los objetos tradicionales que menos se ha perdido; antes había muchos toritos de petate, ollitas el Domingo de Ramos, palmas, judas para la Semana Santa, pero las piñatas son las que más se han conservado».

Reconoce, en cambio, que los dibujos animados han contaminado con sus figuras la forma tradicional de estrella en las piñatas, aunque para él esto ha sido favorable ya que se han incrementado sus ventas con este tipo de figuras.

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